2020 NO.29
MenuLos lazos del corazón de Japón
La belleza de los lazos hechos con refinada maestría
Nudos ornamentales
Atar una simple cuerda puede transformarse en una llave o en una hermosa flor. No obstante, no importa cuán intrincado sea el nudo, éste se convertirá en una sola cuerda cuando se le desate. A lo largo de los años, los nudos ornamentales han experimentado una sublime transformación a través de las delicadas y sofisticadas técnicas manuales de los japoneses.
Tener habilidad para hacer nudos ornamentales creativos y hermosos se consideraba importante para las niñas aristócratas del siglo XII y, por esa razón, era una de las lecciones más importantes que aprendían. Por esa época gozaban de gran popularidad los nudos florales, o hana-musubi.
Sin embargo, la historia de los primorosos ornamentos hana-musubi sufrió un cambio radical en la era de los Estados Combatientes (entre finales del siglo XV y finales del siglo XVI). Los señores de la guerra tenían en gran estima la ceremonia del té, pero temían que este producto pudiera estar envenenado. Para evitarlo, los maestros de té que los atendían empezaron a atar las cuerdas de las bolsas de té de una manera tan compleja que solo ellos podían desentrañar. Si por casualidad alguien había podido desatarlo, sería imposible volver a anudarlo de la misma manera, evidenciando así que había sido abierto. A estos nudos imposibles de rehacer se les llamaba fuuji-musubi, que literalmente significa “nudo sellado” y cumplieron la función de llaves diestramente elaboradas con una sola cuerda.