2020 NO.29
MenuLos lazos del corazón de Japón
Los lazos de obsequios entrañables
Los obsequios se ofrecen para felicitar a las personas a quienes uno tiene gran cariño o para expresar agradecimiento a quienes nos han ofrecido su ayuda o apoyo. La cultura de intercambiar obsequios es, desde tiempos remotos, muy apreciada entre los japoneses. La tradición origata, que perdura hasta nuestros días, incorpora esos sentimientos y costumbres, mientras que los primorosos ornamentos mizuhiki se utilizan para adornar lugares de celebración.
Origata
Origata, con más de 600 años de historia, es un conjunto de reglas detalladas sobre la manera de envolver obsequios y atarlos con cuerdas para sujetarlos. Este concepto, que se fue legando entre las familias samuráis como una forma de cortesía, se expandió posteriormente a la vida de los japoneses en general.
Los obsequios se envuelven de tal manera que los agasajados puedan abrirlos con facilidad con su mano dominante. En una muestra de consideración por el festejado, la persona que hace el obsequio deja desenvuelta una parte a fin de que quien lo recibe pueda echar un vistazo para saber qué contiene.
Para hacer origata nunca se utilizan tijeras, ni siquiera para los diseños de los envoltorios más complejos. En lugar de ello, los objetos se envuelven doblando washi (papel japonés tradicional hecho a mano) en múltiples capas. Dado que el tamaño y la calidad del washi son muestras de respeto al festejado, el papel se selecciona de acuerdo a su posición social y a la categoría del obsequio. Por lo general se usa washi blanco puro y elegante, pero hay ocasiones en que se le coloca en múltiples capas de washi de colores pálidos con el fin de realzar su categoría.
En el pasado, los aristócratas usaban hilos de cáñamo y de seda para atar las envolturas, mientras que las
familias samuráis utilizaban koyori, un tipo de cuerda hecha enroscando delgado papel
washi. En años posteriores se popularizó el uso de lazos mizuhiki de colores blanco y
rojo, o plata y oro, endurecidos con almidón.
Origata, que se ha legado por generaciones como parte de la cultura tradicional japonesa, se rige
por una forma determinada para cada tipo de obsequio a envolver. Sin embargo, los sentimientos que transmite
origata no se ciñen a la forma, sino que en realidad son bastante liberales. La consideración en
que se basa la costumbre de dar obsequios permanece viva en los corazones de los japoneses de hoy en día.