niponica

2021 NO.31

Menu

Tomándose un pequeño respiro a la manera japonesa

2


Lecciones de zen
Regulando la mente y la vida

El zen llegó a Japón principalmente en los siglos XII y XIII a través de la India y la China.
Fuertemente enraizada en la cultura japonesa moderna, esta filosofía nos enseña que la paz mental se consigue por medio de una vida metódica. La sabiduría que nos transmite el zen nos ayuda a aclarar la mente y a simplificar la vida cotidiana.

Fotos: Kurihara Osamu

Centrarse en el momento presente

Son las 5 de la mañana. El sol está saliendo y la atmósfera está clara y fresca. Yoshimura Shoyo, el segundo gran sacerdote del Templo de Fumonji en Hiroshima, está ya preparado para realizar una sesión de meditación sentado en zazen. Respirando lentamente y bajando ligeramente la mirada, se sienta durante unos 40 minutos de cara a una pared. Hay una cierta sensación de decorosa belleza en su figura mientras adopta la postura correcta en silencio.

“Lo más importante en el zen es centrarse en el momento presente. Sentarse en zazen nos da la oportunidad de ser conscientes de esto”, explica Yoshimura. “El zazen no consiste en poner la mente en blanco. Los diversos pensamientos que nos vienen a la mente no tienen que eliminarse, sino que simplemente deben aceptarse. Es una manera de verse a sí mismo de forma objetiva, junto con todos los pensamientos y sentimientos que nos surjan, para contemplar nuestra mente y nuestro corazón”.

“Todas las personas tendemos a pensar en el pasado, a preocuparnos por el futuro y a alterarnos por cosas que no forman parte de la realidad que hay delante de nosotros. Si, por medio del zazen, uno puede liberarse de la tensión que hay en la mente y el cuerpo y contemplarse a sí mismo tal como uno es, en el momento presente, uno no se dejará arrastrar por preocupaciones innecesarias”.

Todas las acciones son una práctica de zen

Después de sentarse en zazen, Yoshimura lee sutras, come y hace la limpieza. Cada uno de sus movimientos los realiza con eficiencia y gran cuidado.

“La filosofía zen señala que cada movimiento y cada acción es una forma de práctica. Y cada uno de ellos debe realizarse con una intención firme, sin tomar atajos”.

Hacer la limpieza, una actividad que con frecuencia se menosprecia, es de hecho una práctica que nos permite examinar nuestro estado mental. Yoshimura también dedicó una gran cantidad de tiempo a hacer limpieza durante los dos años y dos meses de adiestramiento ascético que tuvo en el Templo de Eiheiji, el templo central de la secta soto de budismo. Para mantener limpios los amplios espacios y terrenos del templo, hacía limpieza de forma constante, siguiendo normas específicas.

“Uno mueve el cuerpo antes de pensar en ello. Esto es precisamente lo que significa concentrarse en el presente. La limpieza y el zazen tienen el mismo efecto”.

De la misma forma, tomar una comida es también algo significativo. Según las enseñanzas del zen, no debe desperdiciarse ni un solo grano de arroz ni el más pequeño trozo de verdura. Cada ingrediente debe saborearse y no deben dejarse ningunas sobras. Esta es la razón por la que las comidas se toman siguiendo reglas muy específicas. No hay charla, solo se come concentrándose en lo que se hace. La atención debe estar completamente centrada en la comida.

“Los monjes zen no creen que sea aceptable matar a seres vivos, y comen principalmente verduras y hortalizas, sin carne ni pescado. A este tipo de comida se le llama shojin ryori (comida piadosa), ya que el acto de comer en sí constituye una práctica budista. Se le concede gran importancia a prestar completa atención a la comida como una forma de experimentar plenamente el momento presente”.

Barriendo el suelo de hojas caídas y basuras con una escoba de bambú.

Limpiando con un zokin-gake, trapos de algodón hechos de ropa usada que se utilizan para fregar el suelo y otras superficies. El peso del cuerpo se aplica para empujar el trapo con ambas manos. Utilizar el propio peso corporal al hacer la limpieza facilita concentrarse en el presente.

Al escurrir con fuerza el trapo de algodón se puede eliminar al máximo la suciedad impregnada en él.

Yoshimura muele con esmero a mano semillas de sésamo. La cocina se mantiene siempre limpia y ordenada, incluso durante el proceso de preparación de la comida.

Su desayuno es similar a las comidas que tomaba durante su adiestramiento en el Templo de Eiheiji. Desde la izquierda: gachas de arroz, verduras encurtidas y sal con sésamo.

Utilizar ambas manos para sujetar la cuchara y el cuenco es una de las reglas para comer conscientemente.

Reconsiderando la vida cotidiana desde una perspectiva zen

Mientras que puede que parezca difícil integrar completamente todas estas prácticas de zen en la vida cotidiana contemporánea, en realidad es muy factible incorporar la filosofía zen al día a día.

Por ejemplo, solamente el hecho de reservar 10 minutos cada día para limpiar con cuidado y atención puede ser suficiente. Durante las comidas, concéntrese en el acto de comer, sin distraerse. Lo importante es reservar un cierto periodo de tiempo dentro de sus actividades cotidianas para ser consciente del momento presente, para saborearlo atentamente y aceptarlo tal como es.

“Es un error intentar hacer algo con la intención expresa de regular la mente. Por el contrario, hacer la limpieza, comer e incluso sentarse en zazen son simplemente métodos de disciplina. Llevando a la práctica este principio, uno se tranquilizará de forma natural. El pensamiento zen afirma que a través de la práctica continua en las actividades diarias se puede regular la mente de forma espontánea”.

Aunque estas normas puedan parecer rígidas, de hecho se puede alcanzar un grado sorprendente de tranquilidad mental por medio de una vida metódica. Reconsiderar nuestra vida cotidiana, siguiendo los principios del zen, puede que sea una buena idea.

Yoshimura Shoyo
Nacido en 1977. Es segundo gran sacerdote del Templo de Fumonji de la secta soto en Hachiyasan (en Hiroshima). Yoshimura es a la vez psicólogo clínico y trabaja en un hospital en la prefectura de Hiroshima, y es además conferenciante y escritor. Es autor de obras tales como Kokoro to kurashi ga totonou zen no oshie (“Enseñanzas del zen para equilibrar la mente y la vida”) y Shojin ryori ko (“Principios de shojin ryori”).