Ohira sostiene en sus manos el último proyector para planetarios MEGASTAR-Neo II de pequeño tamaño.

Un creador de planetarios produce cielos repletos de estrellas

Los planetarios reproducen el cielo nocturno estrellado, proyectando imágenes de estrellas en una pantalla situada en un techo abovedado. El planetario óptico, capaz de proyectar imágenes estelares de alta resolución mediante una placa estelar y lentes, utiliza un nuevo e innovador proyector del creador de planetarios Ohira Takayuki.

En 1998, Ohira lanzó el MEGASTAR, un proyector de planetarios que simula 1,7 millones de estrellas, más de 100 veces más que los proyectores convencionales. La visión de todas las innumerables estrellas de la Vía Láctea asombró al mundo. Después introdujeron mejoras y versiones posteriores proyectaron aún más estrellas, con la placa estelar de gran precisión GIGAMASK, que puede proyectar 1.200 millones de estrellas, desarrollada en 2015. Los orificios perforados en esta placa base son diminutos, el más pequeño mide solo 180 nanómetros (18/100.000 mm) de diámetro.

“Las estrellas del cielo nocturno que son visibles para el ojo humano son sólo una fracción de las que hay. En realidad, innumerables estrellas brillan desde el espacio exterior, y en un planetario se pueden vislumbrar las muchas estrellas que hay. Espero que esta experiencia permita a la gente sentir la infinita extensión del universo”.

Ohira también ha desarrollado HOMESTAR, un planetario óptico que incorpora la tecnología MEGASTAR para uso doméstico. Este proyector de planetarios, que permite disfrutar de las estrellas desde la comodidad del hogar, está ganando popularidad en todo el mundo. “Espero que estos planetarios domésticos despierten el interés por el espacio en un mayor número de niños. Me encantaría que un niño que haya tenido un planetario en casa se aventurara un día por el espacio y descubriera formas de vida desconocidas”.

El primer intento a nivel mundial para generar estrellas fugaces artificiales

“Quiero crear estrellas fugaces que caigan donde y cuando yo quiera”. Okajima Rena se inspiró en esta idea mientras observaba la lluvia de meteoros Leónidas cuando era estudiante universitaria. Después fundó la empresa ALE Co., Ltd., para convertirse en la primera persona del mundo que asume este reto sin precedentes.

Las estrellas fugaces artificiales están formadas por “partículas de meteoritos”, partículas metálicas de aproximadamente 1 cm de diámetro. Cuando se desprenden de un satélite, las partículas de meteoritos caen hacia la Tierra, quemándose a altas temperaturas debido a la compresión adiabática cuando entran en la atmósfera terrestre. Desde el suelo, estas partículas parecen estrellas fugaces. “Es el mismo principio que el de las estrellas fugaces reales, en las que observamos polvo cósmico ardiendo en la atmósfera. Pero las estrellas fugaces que creamos son más brillantes, por lo que se distinguen mejor en el fondo del cielo urbano, y podemos verlas caer durante más tiempo”, explica ella. Se prevén muchas aplicaciones en el futuro, incluyendo la posibilidad de que se convierta en un nuevo modo de entretenimiento que decore el cielo con colores.

Al mismo tiempo, los datos atmosféricos que registrarán estos satélites para la creación de estrellas fugaces se recopilarán y se espera que sean útiles en el estudio del cambio climático. Okajima tiene una visión optimista y expansiva para el futuro y afirma: “Me gustaría traer el espacio a la esfera cultural”.