2024 NO.36
MenuTodo sobre los artículos de papelería de Japón
El gratificante disfrute de los colores
Un laboratorio de tintas en el que los clientes pueden crear sus propios colores con tinta; niños y adultos entusiasmados con los lápices de cera; estos son sólo dos ejemplos de la insaciable fascinación por el dibujo y la pintura que ha originado la pasión japonesa por los colores.
Cree colores únicos: Inkstand
Hay una papelería en la zona de Kuramae, cerca de Asakusa, uno de los destinos turísticos más populares de Tokio, dentro de la cual se encuentra Inkstand, un laboratorio de tintas que ofrece artículos exclusivos personalizados.
Los clientes eligen entre un total de 18 colores −tintas originales en 14 colores, así como en los colores rojo, azul y negro, además de una solución diluyente− y mezclan sus propias combinaciones, utilizando un cuentagotas para añadir las tintas gota a gota en un vaso de precipitados. Los clientes anotan los colores y el número de gotas utilizadas a medida que van añadiendo las tintas, y luego el personal de Inkstand utiliza esta combinación para mezclar la tinta del color personalizado y embotellarla en un frasco especial. Este servicio surgió de las numerosas solicitudes de los clientes por una mayor variedad de colores y de tonos intermedios concretos de ciertos colores de las tintas especialmente elaboradas que la papelería había empezado a vender.
Al principio, la tienda ofrecía tintas pigmentadas, que, aunque son solubles en agua, por lo que el papel las absorbe con facilidad, tienden a desteñirse y su color se desvanece rápidamente, lo que suponía un problema. Para solucionarlo, Inkstand hizo un pedido especial a un fabricante de tintas para que desarrollara una tinta pigmentada exclusiva que no se hubiera utilizado habitualmente con los utensilios de escritura. Como resultado obtuvieron unas tintas óptimas que proporcionan colores vivos y duraderos sin obstruir la punta de la pluma.
En general, no se deben mezclar más de tres colores de tinta. Si se mezclan más, la tinta se vuelve oscura y turbia. Para dar a un color un brillo fluorescente, se añade una solución diluyente. Mezclar tonos y matices específicos es un proceso de ensayos y errores que da como resultado un color totalmente único con un matiz sutil que no se encuentra en los productos comerciales. Inkstand se ha ganado la reputación de constituir una experiencia memorable en los viajes y ahora la papelería se ha convertido en un destino que atrae a aficionados de todo el mundo.
Aprendiendo a dibujar en colores: Lápices de cera
Los lápices de cera son el medio artístico más popular entre los niños pequeños de Japón. De los muchos productos disponibles, los lápices de cera desarrollados por un fabricante de materiales artísticos de Osaka con una larga historia han constituido un elemento básico para los niños japoneses durante más de 100 años. El secreto de su popularidad es que combinan las características duras, antiadherentes y fáciles de manejar de los lápices de colores con la superficie suave y fácil de difuminar que se obtiene con los colores al pastel.
Los lápices de cera están hechos con pigmentos, cera y aceite líquido. El pigmento se añade a la cera derretida y luego se añade aceite líquido. La mezcla se amasa, se vierte en un molde con forma de barra y se deja hasta que se enfríe y se endurezca. En 2011, para celebrar su 90 aniversario, la popular empresa de lápices de cera conmemoró la ocasión lanzando 700 colores diferentes. Para desarrollar el nuevo producto, los artesanos del color del instituto de investigación de la empresa crearon unos 2.100 colores iniciales, prestando una atención meticulosa a la creación de una gradación uniforme de tonos para los colores adyacentes. La diferencia entre tantos colores era difícil de discernir a simple vista, por lo que la gama se redujo a un tercio del total original.
Otro aspecto de los materiales artísticos creados para los niños es que utilizan los nombres tradicionales japoneses de los colores, que derivan de la naturaleza, para instruir a los niños sobre los colores. Por ejemplo, los lápices de cera de color naranja brillante se llaman daidai, que procede del nombre japonés de un cítrico amargo de color naranja. El amarillo rojizo apagado conocido como color bermejo se llama kuchibairo por su similitud con el color de las hojas caídas en otoño. De este modo, los niños japoneses experimentan inconscientemente su cultura a través de los colores.