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2021 NO.30

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Los colores de Japón que penetran en el alma

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Los colores de las aldeas:
Paisajes nostálgicos que son un legado
para el futuro

Una imagen muy familiar de un satoyama. La montaña en el fondo parece brindar su protección a las casas. En los alrededores hay un bosque mixto y en primer plano se pueden apreciar verdes campos de cultivo en la amplia llanura.

Fotografías: Imamori Mitsuhiko

Para los japoneses, la palabra satoyama (que significa literalmente “pueblo y montaña”) resuena cálidamente y estimula la nostalgia, haciendo evocar recuerdos de su propia ciudad natal. Satoyama son regiones donde se ha formado un entorno a través de un acercamiento moderado de la gente a la naturaleza, y hay, por ejemplo, arrozales, arroyos, campos y bosques mixtos. Aquí, la coexistencia de la gente y la naturaleza ha dado forma a la sabiduría y las habilidades de la vida que se han transmitido por generaciones.

Por ejemplo, la gente usaba el satoyama para recolectar combustible y recursos tales como leña, materiales de construcción y alimentos tales como las verduras silvestres. Al proteger los lugares donde la flora y la fauna pueden crecer, también han desarrollado un ecosistema peculiar. Esto se vincula a la biodiversidad en el satoyama y su abundancia es un bien preciado para los japoneses.

Sin embargo, en años recientes, la despoblación de las comunidades rurales y otros factores han provocado el abandono y el deterioro de los satoyama, causando desastres por deslizamientos de tierra y un impacto negativo en la vida silvestre debido a la reducción de la biodiversidad. Para preservar los satoyama, valiosos entornos naturales que se deben legar a las futuras generaciones, debemos encontrar nuevas maneras de participación que armonicen con los estilos de vida de la gente, como a través de iniciativas que se vinculen con las industrias locales.

El fotógrafo Imamori Mitsuhiko, a quien le preocupan las condiciones de los satoyama, se ha establecido cerca del lago Biwa, el cuerpo de agua dulce más grande de Japón, en la prefectura de Shiga. Su actual enfoque ha sido captar las actividades de la gente que vive en el área y retratar seres vivos como flores, árboles e insectos en su entorno natural. Difunde y aboga por la importancia de la vida en los satoyama al describir de manera poética el encanto de las aldeas, una vista familiar y nostálgica para los japoneses. Imamori dice: “No considero que esté fotografiando la desaparición de los satoyama. Estos son paisajes del futuro”. Más que considerarlo simplemente como un asunto de sentimentalismo, es posible que se esté imaginando la verdadera forma de los satoyama, un espacio simbiótico para todo tipo de vida.

Un viejo árbol de caqui que anuncia la llegada de la temporada de la abundante cosecha de otoño en el satoyama.

En el otoño, las espigas de arroz en las terrazas de los arrozales irradian tonalidades doradas al recibir los rayos del sol cuando están listas para su cosecha.

① En primavera se forman las lomas de los arrozales. Son como diques que se crean mediante la apilación del lodo en las divisiones de las parcelas. Para ello, se amasa la tierra cuidadosamente y se apila de manera uniforme con una azada para evitar que el agua acumulada se filtre al exterior.

② Se cuelgan los shibugaki (un tipo de caqui) bajo los aleros para convertirlos en hoshigaki (caquis secos). El proceso de secado elimina la astringencia de estos frutos y los vuelve más dulces y deliciosos.

③ En el invierno del satoyama la gente hacía labores manuales con la paja. Hoy en día, se elaboran como pasatiempo para no olvidar las técnicas.

④ Un resistente banco tejido de manera uniforme.

Fotógrafo Imamori Mitsuhiko
Es el fotógrafo más prominente de los satoyama. Desde su taller, que es su base de operaciones con vistas al lago Biwa en la prefectura de Shiga, toma fotos cuyo tema es la totalidad de la naturaleza de los alrededores y su relación con las personas. Asimismo, a menudo viaja y documenta regiones remotas, desde selvas tropicales hasta desiertos de todo el mundo y es muy aclamado a escala internacional. Ha sido distinguido con numerosos galardones, entre ellos el Premio al Mérito Cultural Regional del Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología de Japón.