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2022 NO.32

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Japón: una cultura sustentada en la madera

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Explorando las fragancias de la madera

El kodo, que significa “el camino de las fragancias”, es tan apreciado en Japón como la ceremonia del té o el arreglo floral. La madera juega un papel importante en este arte especial de apreciar el incienso.

Colaboración y fotos: Nippon Kodo Co., Ltd., Koju

Cubra ligeramente con la mano el incensario para percibir la fragancia. Estos elegantes gestos forman parte de la etiqueta del kodo. (Foto: PIXTA)

Izquierda: En el kodo se usa una combinación de seis tipos de incienso.
Derecha: El sándalo tiene un aroma a madera. Además de para el incienso también se usa para tallar estatuas budistas y hacer trabajos artesanales.

El desarrollo de la cultura del aroma en Japón ha estado indisolublemente unido a la madera de los árboles con que se elabora el incienso. El incienso, literalmente “madera olorosa” en japonés, se considera que llegó a Japón junto con la introducción en el país del budismo, y era usado en un principio para purificar el espacio frente al altar budista. A partir del siglo VIII, los aristócratas comenzaron a quemar pastillas de incienso, una mezcla de polvo de maderas olorosas y otros ingredientes aromáticos, para perfumar sus estancias y sus ropas. El aspecto ceremonial de la quema de incienso se hizo luego popular entre los samuráis. Finalmente el arte de apreciar el incienso y las fragancias llegó a estar formalizado con el nombre de kodo en el siglo XVI.

Hay dos tipos principales de incienso usados en las ceremonias: el de madera de sándalo y el de madera de aquilaria. De árboles de la familia de las santaláceas, la madera de sándalo tiene un aroma dulce y se emplea en objetos asociados con los altares budistas. La aquilaria es un árbol de la familia de las timeleáceas que segrega una resina cuando se corta o se tala. Esta resina se solidifica con el paso de los años, y se convierte en una substancia aromática que emite su aroma cuando se calienta. Aunque el aroma varía de árbol a árbol, la resina de aquilaria de la más alta calidad, llamada kyara, ha venido siendo muy apreciada desde tiempos antiguos.

En el kodo, los participantes perciben la fragancia y aprecian el aroma del incienso calentado en pequeños incensarios de cerámica denominados koro. Seguidamente se describe cada cualidad individual del aroma en términos de sabor, por ejemplo, quizá como dulce, ácido o amargo. La ceremonia del incienso también incluye juegos protocolarios como el kumiko. Los participantes perciben varios tipos diferentes de incienso, describen las diferencias aromáticas e identifican aquellas relacionadas con un poema waka específico. Incluso pequeñas diferencias en el clima o el nivel de humedad pueden cambiar la fragancia de un incienso, haciendo el juego bastante complicado. El tema no es si uno gana o pierde, sino el placer de apreciar el aroma que se eleva desde una astilla de madera olorosa, dejando que su imaginación sea transportada a las diferentes sensaciones de las estaciones y a ensoñaciones literarias.

Un incensario koro usado en las ceremonias de kodo. Un pequeño trozo de incienso de unos 2 mm cuadrados se calienta sobre una laminita de mineral de mica colocada sobre cenizas de carbón vegetal.

Al tomar parte en kumiko, los participantes perciben diversos tipos de incienso candente para ver si pueden distinguir las diferencias aromáticas.

Si se dedica un momento a concentrarse atentamente en una fragancia, se estimula un estado mental que tiene mucho en común con la meditación.

Una de las muestras de kyara más famosas que existen es Ranjatai. Se guarda en el repositorio Shosoin que alberga tesoros imperiales que se remontan al siglo VIII. Pesa 11,6 kg y mide 156 cm de largo.

Los placeres de las fragancias japonesas

La aromaterapia occidental emplea olores específicos, como el de rosa, lavanda y menta, y otras fragancias que usted reconoce inmediatamente cuando se le presentan. Por el contrario, las complejas fragancias del incienso evocan mundos especiales conformados por las emociones que ellas inspiran. Como el sentido del olfato afecta a todos los otros sentidos, el arte de apreciar el incienso agudiza también la vista, el tacto, el gusto y el oído, mejorando la forma en que el cuerpo funciona.

Basado en una conversación con Inagaki Yoshihiro (Koju)