2014 No.12

Otra faceta de Japón: Las chucherías y los dulces

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El goloso Japón

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Sus formas rectangulares y sus vivos colores caracterizan a estos pasteles del chef confitero Aoki Sadaharu. En primer plano: Bambou, un pastel con té verde en polvo matcha para añadirle un toque de distinción.

¿Podría llegar a ser la gelatina yokan tan popular como el chocolate?

Kurokawa: Han pasado 33 años desde que inauguramos nuestra primera confitería en París, allá por 1980.

La gelatina yokan forma una parte importante de nuestros productos en Japón y seguimos intentando que conquiste también el gusto de los parisinos. De hecho, está realmente ganando algunos aficionados. El yokan se vende en bloques, tiene un color oscuro y su apariencia no nos da una idea sobre su verdadero sabor. De todas maneras, comenzamos a incluir ingredientes occidentales, tales como casis negro, menta, pera y manzana asada. Y le proporcionamos a nuestro yokan modificado un agradable color y lo dividimos en bocaditos.

Aoki: En realidad, el yokan tampoco es mi dulce favorito. Si quiere que a los europeos les guste su sabor probablemente necesitará hacer algunos cambios más, como intentar darle una textura diferente, usando una pasta de frijoles firme y densa y evitando usar agar-agar (gelatina de algas), haciendo que se parezca a las castañas confitadas.

El yokan en cierto modo sabe más a azúcar que a frijoles adzuki. Y al paladar occidental por lo general no le gusta la textura del agar-agar.

Kurokawa: Tiene razón en apuntar las razones por las que los franceses no se han aficionado mucho todavía al yokan. Pero los asiáticos suelen aceptarlo mejor. En China, en Corea del Sur y en el Sudeste Asiático están acostumbrados a los frijoles adzuki cocidos, uno de los principales ingredientes del yokan. Y su textura es de alguna manera similar a la de los dátiles, un alimento muy popular en el Oriente Medio, así que probablemente a las personas de esta región también les guste el yokan.

Pero piense esto: cuando el chocolate llegó a España por primera vez en el siglo XVI la gente lo encontraba amargo, pero después de endulzarlo comenzó a gozar de gran popularidad en todo el mundo. Yo espero poder hacer lo mismo con el yokan.

Izquierda: Aoki le da los últimos toques a este pastel de té verde matcha, llamado Bambou.
Abajo: Sus incomparables pasteles de crema tienen un sabor intenso y colores que resaltan los ingredientes. De arriba a abajo: torta de fruta, vainilla y chocolate con nueces.

Estos bombones de chocolate nos traen a la mente los colores de la paleta de un artista. Los tonos de té verde matcha, cítrico yuzu y wasabi nos dan una idea de su sabor.