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2014 No.12
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Otra faceta de Japón: Las chucherías y los dulces
Desde la tradición hacia un dulce nuevo mundo
Harina de arroz, azúcar y nikki (canela). Esto es básicamente lo que se necesita para hacer dulces yatsuhashi a la manera tradicional. Kioto, que sigue siendo la principal ciudad turística de Japón, es famosa por sus tradicionales dulces, pero los confiteros de yatsuhashi también están desarrollando sabores y formas que se adapten a los nuevos tiempos, explorando nuevas fronteras en las delicias del paladar.
Dele un mordisco a una de estas obleas rectangulares suavemente curvadas y su paladar disfrutará de un exquisito sabor a canela y una dulzura refrescante. Estas finas obleas yatsuhashi de color tostado están hechas de harina de arroz cocida al vapor, azúcar y canela, y se elaboran y se venden como dulces representativos de la ciudad de Kioto, uno de los mejores destinos turísticos del mundo.
Hay varias leyendas sobre los orígenes del yatsuhashi, pero la más convincente hace referencia a un monje ciego del siglo XVII, llamado Yatsuhashi Kengyo. Este monje componía música para el koto, un antiguo instrumento de cuerda, y lo tocaba en el estilo sokyoku. Y este personaje se conmemora con este dulce que tiene una forma curvada como la superficie del koto.
Mucho más tarde, a principios del siglo XX, los yatsuhashi fueron los primeros dulces que empezaron a venderse en los andenes de las estaciones de ferrocarriles en Japón. Esto fue en la Estación de Shichijo (la actual Estación de Kioto). Causaron una gran sensación, y los yatsuhashi se convirtieron rápidamente en uno de los regalos más populares.
El prestigio de la tradición inspira la innovación
Entre los compradores de regalos los yatsuhashi han sido desde hace tiempo unos de los dulces asados más populares, pero otra variedad más blanda también cuenta con una respetable historia, aunque en el pasado solo la consumían los habitantes del lugar, en parte porque no se conserva bien. A esta variedad se le llama nama (blanda y sin hornear) yatsuhashi. Una sugerencia que alguien hizo en el transcurso de una ceremonia del té en 1960 hizo que un conocido fabricante de yatsuhashi sacara un nuevo producto: yatsuhashi blando envuelto en pasta de frijoles roja. Estos manjares, de forma triangular y rellenos de pasta de frijoles dulce, ganaron popularidad con rapidez y llegaron a desempeñar un papel principal en la industria de los dulces para regalo de Kioto.
Más tarde, algunas empresas comenzaron a ofrecer una gran gama de variedades creativas, incluyendo yatsuhashi blando con diferentes pastas de frijoles y yatsuhashi asado espolvoreado con azúcar o chocolate. Como resultado se produjo una gran demanda de estos productos para las tiendas y locales de venta de regalos de todo Kioto.
Buscando nuevas recetas de dulces para los próximos 100 años
Mientras tanto, el prestigioso fabricante de yatsuhashi que había iniciado la moda, mantuvo su empuje sacando a la luz más innovaciones, a la vez que mantenía el sabor tradicional. Realizó progresos en sus productos de yatsuhashi incluyendo yatsuhashi blando con forma de flores y colores igualmente florales, y dulces que contenían ingredientes tales como caramelo. Las empresas han empezado a intentar captar a los jóvenes consumidores, especialmente entre los habitantes de Kioto que han crecido sin comer mucho yatsuhashi, y están probando recetas para encontrar nuevos productos que puedan resistir la prueba de los cambios de gustos, a lo largo de los próximos 100 años o más.
Kioto se enorgullece de sus siglos de tradición, lo que le da confianza para mantener una actitud progresista y un espíritu aventurero. Esto forma parte de la cultura de Kioto, y sus dulces no son una excepción.