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2013 No.10
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Recorriendo Japón

El santuario de
Itsukushima y
la isla de
Miyajima

Fotos de Ito Chiharu Mapa de Oguro Kenji

Estos pilares de la enorme puerta torii fueron realizados a partir de un árbol alcanforero que tenía de 500 a 600 años cuando fue talado.
Una isla con belleza natural e historia
La isla de Miyajima, en la prefectura de Hiroshima, alberga el santuario sintoísta de Itsukushima, declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1996. Para llegar allí he viajado cuatro horas en un tren de alta velocidad Shinkansen desde Tokio a Hiroshima, luego he tomado un tren cercano desde allí al lugar de acceso a la isla, Miyajima-guchi, a unos 30 minutos de distancia. Llegué antes del mediodía, y alguien me habló de un antiguo establecimiento de gran reputación cerca del embarcadero del ferri. Allí sirven anago meshi, una rica especialidad a base de arroz y congrio, así que decidí comer antes de partir para la isla.
Después de comer, tomé el ferri y enseguida nos acercamos, por mi lado derecho, a la inmensa puerta torii del santuario, pintada en bermellón. El ferri tardó solo unos diez minutos en alcanzar el muelle de Miyajima. Tomé el camino que bordea la costa hacia el santuario y pronto recibí la bienvenida de ciervos silvestres por todos lados. La isla, asentada en las aguas del mar interior de Seto, ha sido venerada como una divinidad desde la antigüedad.
Las relucientes columnas y vigas de color bermellón realzan la belleza del corredor este que conduce al interior del santuario.
Un exuberante bosque hace de telón de fondo de los edificios sagrados del santuario de Itsukushima, que se reflejan en el agua con la marea alta.
Un plato de anago meshi tal como se sirve en el restaurante Ueno, y que consiste en congrio asado sobre arroz, cubierto con una espesa salsa de soja.