niponica es una revista Web que presenta el Japón moderno a la gente de todo el mundo.
2013 No.10
Para leer el libro electrónico necesita tener activado JavaScript en su navegador y tener instalado un plug-in Flash Player gratuito de Adobe Systems Inc.
La calidad al estilo japonés

El afán por la seguridad
Desde hace mucho tiempo, en Japón se han valorado y fomentado la seguridad y la tranquilidad. Murakami Yoichiro explica cómo esto se ha puesto de manifiesto tanto en la manera de pensar como en la forma de actuar. Él fue el primer estudioso que abogó por una "ciencia de la seguridad", que consiste en el estudio de esquemas que promuevan una sociedad segura.
Fotos de Natori Kazuhisa
Un sistema de valores que asume la seguridad como algo garantizado
He sido un propulsor de la ciencia de la seguridad desde aproximadamente finales de los años 90 y he intercambiado opiniones con una gran variedad de gerentes del mundo de los negocios como parte de mis estudios. Todos dicen que son bien conscientes de que la seguridad constituye una importante responsabilidad empresarial, pero muchos me dijeron que no veían la necesidad de emplear la palabra "seguridad" como parte de su imagen empresarial.
Supongo que esto se debe a que los japoneses tendemos a asumir la seguridad como algo garantizado, ya que forma una parte integral importante de nuestra tabla de valores. Consideramos que es una necesidad indudable en nuestras vidas. Pero cuando se asume que algo está garantizado no se resalta necesariamente como punto de interés ni se transmite un mensaje atractivo para la gente.
Desvelo y diligencia por las cosas que asumimos como obvias
Simplemente el hecho de que la seguridad no inspire eslóganes publicitarios que estimulen a los consumidores, no significa que las empresas ignoren su importancia. Por el contrario, las empresas saben que si no mantienen la seguridad, no podrán sobrevivir. Este es el punto de arranque de nuestra visión de la seguridad, y esta percepción se encuentra muy extendida en Japón. Cualquier estudio sobre la mentalidad empresarial predominante en el país encontrará que el imperativo de la seguridad está tan fuertemente arraigado en las empresas que parece que están dominadas por una obsesión por la seguridad.
Por ejemplo, uno ve con frecuencia que los maquinistas de los trenes y a veces incluso los revisores apuntan con el dedo hacia los signos que hay en las vías, los indicadores de dirección y otras cosas que tienen que tener en cuenta, y se dicen a sí mismos de forma audible que han realizado la comprobación necesaria. Estas señales con el dedo y comprobaciones verbales a primera vista pueden parecer innecesarias para alguien ajeno a este trabajo, pero con esto se mejora el nivel de seguridad de forma indudable. Las señales con el dedo y las comprobaciones verbales reducen el riesgo de que se produzca negligencia, distracción u olvido a la hora de cerciorarse de que todo funciona con seguridad.
La preocupación por la seguridad trae consigo al mismo tiempo la seguridad de los empleados, y la insistencia en la realización de comprobaciones visibles y audibles muestra que el compromiso por la seguridad se encuentra bien asumido en toda la empresa.
Un transporte ferroviario de alta velocidad a prueba de terremotos

Los trabajadores en las fábricas prestan gran atención hasta a las más mínimas imperfecciones y esta mentalidad sirve de impulso en el perfeccionamiento de la tecnología de la producción. (Foto por cortesía de Aflo Co., Ltd.)
La tecnología japonesa ha alcanzado un nivel de seguridad excepcionalmente alto en su desempeño a nivel mundial. Uno de los mejores ejemplos de esto quizás sea el hecho de que desde su inauguración en 1964, el sistema ferroviario de alta velocidad Shinkansen nunca ha sufrido un accidente mortal entre sus pasajeros. El gran terremoto del este de Japón de 2011 provocó graves daños, pero los trenes del Shinkansen se detuvieron con rapidez al principio de iniciarse la actividad sísmica, evitando que se produjeran víctimas mortales.
El gran terremoto de Hanshin Awaji de 1995 se produjo por la mañana temprano antes de que los trenes entraran en funcionamiento, y por lo tanto no hubo ni muertos ni heridos en las líneas del Shinkansen. Pero el sistema sufrió daños serios dentro de la zona afectada por el terremoto y varios tramos de las vías elevadas se derrumbaron. Como consecuencia de esta experiencia se reforzaron las vías elevadas del Shinkansen y no sufrieron ningún desperfecto durante los seísmos de 2011. Su avanzada tecnología también jugó un papel principal durante los temblores preliminares al terremoto, deteniendo los trenes antes de que se produjeran los temblores más fuertes. Pero, con todo, este éxito no ha hecho que el sistema ferroviario se duerma en sus laureles, sino que, por el contrario, continúa perfeccionando sus tecnologías con el afán de lograr un nivel de seguridad todavía más alto.
La atención a los detalles y la flexibilidad: Dos puntos claves para la seguridad
El motivo por el que las empresas ponen un cuidado especial en la seguridad no se debe solamente al hecho de que los consumidores exijan seguridad y tranquilidad. También existe otro factor: quieren elevar de forma continua su capacidad tecnológica y esto requiere el logro de una mayor seguridad.
Detrás de la avanzada tecnología japonesa de talla mundial se encuentran los constantes esfuerzos de los ingenieros para elevar sus capacidades técnicas a nivel personal. A su vez, los trabajadores de las fábricas tienen una actitud mental orientada a encontrar las más mínimas imperfecciones. Y en general, para las empresas japonesas, su fortaleza no se basa solamente en el talento de sus ingenieros, sino en el trabajo combinado de todo su personal como un equipo unido para asegurarse de que la celosa labor de los ingenieros contribuya a la consecución de los objetivos de la empresa en su sentido más amplio.
En vez de mantenerse satisfechos con la tecnología convencional, los japoneses muestran una gran flexibilidad para adoptar las técnicas más novedosas. Un buen ejemplo de esto podemos encontrarlo en el uso de aparatos médicos tales como tomógrafos computarizados (que usan rayos X para tomar imágenes computarizadas en secciones transversales del cuerpo). Japón tiene en funcionamiento más tomógrafos computarizados que ningún otro país del mundo, y ha tomado la delantera en la tecnología de radioterapia con haces de partículas pesadas para el tratamiento del cáncer. Una predisposición especial a prestar atención a los detalles y un grado adecuado de adaptabilidad han producido como resultado unos niveles de seguridad insuperables a nivel mundial.
La responsabilidad de Japón después del accidente nuclear
A lo largo de los siglos, Japón ha sufrido los estragos de innumerables terremotos, erupciones volcánicas y otros desastres naturales, y por otro lado el crecimiento económico ha traído consigo numerosos problemas de contaminación ambiental, especialmente en las primeras fases de crecimiento. Cada uno de estos problemas ha servido de lección y ha fomentado una tendencia a desarrollar medidas para protegernos de futuras crisis. Aunque esto puede parecer excesivo, el lado positivo de todo esto consiste en el hecho de que el alto grado de seguridad es un reflejo de la preocupación de la gente. La combinación de los esfuerzos empresariales por conseguir una tecnología más avanzada junto con la demanda de seguridad de los ciudadanos impulsa el desarrollo de tecnologías que alcanzan un mayor grado de seguridad.
A pesar de esto, en 2011, Japón sufrió una amarga experiencia con el terremoto y el tsunami que provocaron el accidente de la Central Nuclear de Fukushima Daiichi, obligando al país a revisar sus principios fundamentales en materia de seguridad. El accidente nuclear causó emisiones de grandes cantidades de material radioactivo, algo que nunca debía haber ocurrido.
Sería una tarea monumental el desmantelamiento de todas las centrales nucleares del país, esto llevaría decenas de años, o incluso en algunos casos podría llegar a 100 años. En el supuesto de que debamos eliminarlas completamente, todavía habría la necesidad de prevenir la posibilidad de que un accidente como este se produzca en cualquier otro lugar del mundo y transmitir a otros las tecnologías necesarias para controlar la energía nuclear como parte del proceso de desmantelamiento. Sin duda, esto significa que Japón, que ha tenido en funcionamiento centrales nucleares durante medio siglo y ha prosperado gracias al uso de su energía, tiene ciertamente una responsabilidad ante el mundo.
Murakami Yoichiro
Especializado en la historia y filosofía de la ciencia. Rector de la Universidad de Toyo Eiwa y profesor emérito de la Universidad de Tokio. Bien conocido por sus largos años de investigación sobre la relación entre las ciencias y la sociedad. Ha sido propulsor del estudio de la seguridad (ciencia de la seguridad) desde los años 90, examinando modos de hacer frente a los problemas relacionados con la seguridad, no solo desde el punto de vista de las ciencias y la tecnología, sino también desde la perspectiva de la gente y la sociedad.