niponica es una revista Web que presenta el Japón moderno a la gente de todo el mundo.
2017 No.22
Tokio, una crónica de 400 años

Las raíces de Tokio se
remontan a hace 400 años
Altos edificios apretados unos junto a otros, rutas de transporte que se extienden como una tela de araña, espacios verdes diseminados alrededor del corazón de la ciudad… Gran parte de esa imagen hunde sus raíces en la antigua ciudad de Edo, que más tarde llegaría a convertirse en la actual Tokio.
De una conversación con Okamoto Satoshi
El Castillo de Edo y su entorno urbano a principios del periodo Edo (siglo XVII). El foso interior ya había sido construido en zigzag alrededor del castillo, y los distritos residenciales de los señores feudales daimios estaban instalados en las cercanías. El distrito de Nihonbashi aparece en primer plano. Los puentes sobre los canales están abarrotados de gente, demostrando la energía y el dinamismo de la metrópolis. (Este biombo desplegable titulado “Edo-zu Byobu” del siglo XVII es propiedad del Museo Nacional de Historia Japonesa.)
Tokugawa Ieyasu (1542-1616), que estableció el Gobierno de Edo en 1603, entró en Edo en 1590. Edo se encontraba a 500 kilómetros de Kioto, que era la capital de aquel entonces. Edo era una zona bastante rural, salpicada de amplios bosques y pantanos. Empezó rápidamente a realizar grandes mejoras en el Castillo de Edo y a trazar la disposición urbana de la ciudad. Primero hizo que excavaran canales de agua para que las embarcaciones pudieran recorrer el área. El área del viejo castillo, que actualmente ocupa el Palacio Imperial, estaba situada en el fondo interior de un estuario y él hizo que lo rellenaran de tierra. (Hoy día, el área de Marunouchi entre el Palacio Imperial y la Estación de Tokio y el distrito de Hibiya inmediatamente al sur del palacio están ahora abarrotados de edificios de oficinas, pero fueron en su día parte de la bahía de agua salada.) Las colinas cercanas fueron excavadas para hacer un nuevo canal para el río Kanda, desviándolo hacia el río Sumida.
Tras todo este tremendo trabajo, se construyó un gran foso alrededor del castillo. Este se convirtió en el foso interior. Alrededor de él se excavó el foso exterior, de 12 kilómetros de largo, el cual se construyó como la principal línea de defensa contra ataques enemigos.
Los canales de agua se usaron también para promover el desarrollo urbano. En aquellos tiempos, 300 señores feudales (daimios) eran destinados temporalmente a Edo desde diferentes partes del país. Estos eran solo algunos de los que habían jurado fidelidad a los shogunes de la dinastía Tokugawa (gobernantes militares de Japón hasta mediados del siglo XIX). El Shogunato les asignó residencias en grandes áreas a lo largo de los cauces de los canales y de las calles. El distrito de los daimios se dice que ocupaba el 70% del territorio urbano. Cuando se fueron estableciendo más alrededor de los canales de agua, la ciudad fue haciéndose cada vez más grande.
Una imagen actual dentro de los terrenos del Palacio Imperial. El Puente de Nijubashi cruza el foso interior.
(Foto: Takahashi Munemasa)
En 1654, el recién construido acueducto de Tamagawa comenzó a traer agua desde los terrenos elevados del oeste. Parte del agua fluía hacia el foso exterior, y de allí al interior, y después al río Kanda, al río Nihonbashi y finalmente al mar. La atrevida planificación urbana estaba ya completada. Ideada por Ieyasu 50 años antes, se había prolongado por más de una generación. Edo prosperó como una “ciudad del agua”, y crecería hasta finalmente convertirse en una metrópolis de un millón de habitantes.
Edo terminaría siendo la principal ciudad con castillo de la nación por casi 300 años. ¿Por qué fue capaz Edo de tomar el lugar de Kioto, que había sido la capital durante muchos siglos? Hay varias razones, una de ellas es que el territorio de la región ofrecía un gran potencial. Consciente de este hecho, Ieyasu desarrolló su gran plan para transformar Edo en una “ciudad del agua”. Hoy día podemos solo asombrarnos de lo audaz del proyecto, imposible de concebir ahora, y de la tremenda energía de la gente que convirtió su proyecto en realidad.
Si usted compara un mapa que muestre la ciudad en el siglo XVII con un mapa del Tokio moderno, verá que la disposición urbana de Tokio está construida encima del viejo trazado de Edo. Las autovías están construidas sobre los canales de agua, que fueron rellenados. Algunas secciones de las vías férreas y las líneas de metro siguen el foso exterior del castillo. Las amplias franjas de terreno ocupadas entonces por las residencias de los daimios son usadas ahora para otros propósitos, como edificios del Gobierno, escuelas y parques. El Santuario de Meiji Jingu y los Jardines Nacionales de Shinjuku Gyoen eran también en un tiempo terrenos de las residencias de los daimios. Muchas de las altas edificaciones que abarrotan el centro de la ciudad fueron construidas sobre terrenos donde un día hubo residencias de daimios. Algunos desarrollos urbanos ambiciosos, como los de los distritos de Marunouchi y Roppongi, también tienen sus raíces en aquellos tiempos.
Lo que fue una vez un poblado sin urbanización en la costa fue transformado en un periodo de 400 años en una de las metrópolis más grandes del mundo. El origen de todo esto se encuentra en la ciudad de Edo, basada en la visión de Tokugawa Ieyasu. Camine por Tokio hoy en día y podrá encontrar aún vestigios de la historia de Edo en muchos lugares.
Arriba a la izquierda: Un mapa topográfico de la ciudad de Edo alrededor del año 1590, cuando Tokugawa Ieyasu tomó posesión del castillo. En ese tiempo las aguas superficiales de la larga ensenada llegaban casi hasta el castillo. Edo-maejima se extiende hasta la mitad del mapa y el área que se encontraba antiguamente a la punta de Edo-maejima es ahora el distrito de Ginza.
Arriba a la derecha: La misma zona de Edo, pero alrededor de 1636. Se utilizan terrenos ganados al mar. El foso interior y el exterior están casi acabados, y el río Kanda ha sido desviado hacia un curso cercano a su actual canal.
(Cartografía: Oguro Kenji)

Okamoto Satoshi
Nacido en Tokio en 1952. Graduado en el Departamento de Arquitectura, Facultad de Ingeniería de la Universidad de Hosei, Tokio. Doctor en ingeniería y presidente del Instituto de Investigación de Arquitectura Urbana Okamoto Satoshi. Campo de especialización: morfología urbana. Durante más de 40 años ha estudiado e investigado la historia del desarrollo de Tokio, tratando el tema desde diferentes ángulos.