2017 No.22

Tokio, una crónica de 400 años

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Un viaje en el tiempo con grabados en
xilografía ukiyoe y fotografías de Tokio

Los ciudadanos de la antigua ciudad de Tokio del siglo XVIII eran extrovertidos. Cuando encontraban algún tiempo libre, salían a divertirse. La contemplación de las flores, festivales, sitios con hermosos paisajes, atracciones turísticas, había muchísimos lugares donde pasar un buen rato. Tokio hoy día es prácticamente igual. Estos grabados en xilografía ukiyoe de Utagawa Hiroshige muestran algunos de los lugares que se han mantenido como los más populares con el paso de los años.

●Grabados en xilografía ukiyoe de Kameido, Ueno, Ryogoku y Ochanomizu: Por cortesía del Museo Hagi Uragami, prefectura de Yamaguchi. Grabado de Asakusa: Por cortesía de Toyo Bunko (Biblioteca Oriental)
●Fotos de Kameido (Santuario de Kameido Tenjin-sha), Ryogoku (distrito de Sumida), Asakusa (Templo de Senso-ji) y Ochanomizu: Onishi Mitsugu

亀戸 Kameido

Los capullos de ciruelo florecen aquí en primavera, mientras en otoño hay crisantemos. El Santuario de Kameido Tenjinsha ha venido siendo desde hace tiempo un sitio popular para contemplar las flores. Entre sus muchas variedades florales, se dice que aquí están las mejores glicinas de la ciudad, variedad que florece a principios de verano. Con sus pétalos púrpura adornando las orillas del estanque, la gente puede sentarse en los bancos y disfrutar de la vista. Este santuario es también famoso como hogar del dios del aprendizaje, así que muchos estudiantes lo visitan antes de presentarse a los exámenes de ingreso.
Utagawa Hiroshige, “Kameido Tenjin Keidai”

上野 Ueno

Los terrenos del actual parque de Ueno antiguamente pertenecieron al Templo de Kanei-ji, el templo familiar de los shogunes, que fueron los líderes militares de Japón hasta mediados del siglo XIX. En un rincón del parque, al lado del estanque de Shinobazu-no-ike, estaba el Tsuki no Matsu (“pino de la luna”). Su asombrosa rama circular se debe al trabajo de los jardineros. Alguna gente refinada pudo haber pensado que se parecía a una luna llena, imaginándose que veía una hermosa luna en la noche.
Utagawa Hiroshige, “Uenosannai Tsuki no Matsu”

両国 Ryogoku

Fuegos artificiales sobre el río Sumida para celebrar el verano en Tokio. La tradición de los grandes fuegos artificiales de Sumidagawa comenzó en 1733 durante el reinado del 8º shogun, Tokugawa Yoshimune. En este grabado ukiyoe, barcos de recreo cubiertos yakata-bune navegan por el río mientras los espectadores se agolpan alrededor de las orillas. Las cosas son iguales actualmente. Yoshimune tenía cerezos plantados a lo largo de las orillas del río para disfrute de la gente de la ciudad. Ahora, casi 300 años después, la ribera es uno de los mejores lugares de Tokio para disfrutar de los cerezos en flor.
Utagawa Hiroshige, “Ryogoku Hanabi”

浅草 Asakusa

Senso-ji es el templo budista más antiguo de Tokio, con una historia de casi 1.400 años. Estas imágenes dirigen la mirada a través de Kaminari-mon (“puerta del trueno”) hacia Nio-mon (Hozo-mon, o “puerta de la sala del tesoro”). Era un lugar muy concurrido de entretenimiento para los residentes de la ciudad durante el periodo Edo (siglos XVII a XIX). Actualmente, esta calle es aún uno de los sitios más populares de Tokio, con muchísimos visitantes.
Utagawa Hiroshige, “Asakusa Kinryuzan”

御茶の水 Ochanomizu

En el primer plano está el Puente de Shohei, un lugar de paso que puede encontrarse hoy día cerca de la Estación de Ochanomizu en la línea Chuo. Si hubiera subido la cuesta de la derecha, habría llegado a un templo confuciano que se llamaba Seido (actualmente llamado Yushima Seido). El área de colinas de alrededor fue excavada para hacer un nuevo canal para el río Kanda. El valle de paredes empinadas creado por la ingeniería humana fue un lugar muy popular para disfrutar de la naturaleza sin alejarse demasiado del centro de la ciudad.
Utagawa Hiroshige, “Shohei-bashi, Seido, Kanda-gawa”