2015 No.17

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En Japón, las miniaturas se hacen a lo grande

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Las artes ornamentales tradicionales de Japón a escala reducida;
magníficas y meticulosas

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Armas para los samuráis, adornos personales para la gente común, objetos de arte destinados a la exportación a otros países... Un especialista en el tema de las artes industriales de Japón nos habla sobre este antiguo mundo formado por minuciosas obras de arte ornamental, elaboradas a la perfección por los artesanos más diestros de su tiempo.

De una conversación con Kurokawa Hiroko

Si damos una mirada retrospectiva al arte japonés, enseguida nos damos cuenta de la existencia de obras renombradas que han sido elaboradas empleando una técnica de alta precisión, tales como objetos lacados, piezas en metal u otras obras de arte. Pero este tipo de arte se encontraba fundamentalmente en objetos que se usaban en ofrendas devocionales a los dioses y a los santos budistas, o en artículos de lujo para los aristócratas, es decir, en cosas de uso limitado para un pequeño grupo de personas que se encontraban en las clases más altas de la sociedad. Fue en el periodo Edo (1603-1867) cuando la gente común del pueblo comenzó a disfrutar de los logros alcanzados por estas sofisticadas técnicas artísticas. Fue una época caracterizada por una floreciente cultura urbana, cuando el mundo de las artes decorativas estaba desarrollándose de diversas maneras.

Quizás los ejemplos más impresionantes de estas minuciosas artes decorativas del periodo Edo sean las piezas destinadas a las espadas de los samuráis. Al finalizar el periodo de los Estados en Guerra se entró en una época de paz y tranquilidad, pero la antigua práctica de decorar las espadas se mantuvo, permaneciendo como un símbolo de estatus del samurái. De hecho, en esta época de paz, la decoración de las espadas adoptó un detallismo más elaborado. Una muestra de esto en la guarnición tsuba que se usaba para proteger la mano en la empuñadura de la espada. La tsuba, que se hacía a partir de una placa de metal de unos 7 cm de diámetro, estaba finamente labrada por ambos lados, en los cuales se mostraban magistrales escenas de la naturaleza en un intrincado mundo en miniatura.

Guarnición tsuba para proteger la empuñadura de la espada del samurái (vea la flecha azul que sale de la foto de la espada envainada). Ambos lados de la guarnición están repujados con meticuloso detalle, representando un pino y una grulla. Nombre de la obra: Sakura momiji makie wakizashi koshirae (“Guarnición tsuba decorada con flores de cerezo y hojas de arce”). Finales del siglo XIX. 6,2 x 6,9 cm. Propiedad del Museo de Nezu.

Aquí aparecen algunos pasadores netsuke con temas humorísticos que representan seres vivos, personajes de cuentos, etc.
1. Raijin, el dios del trueno y el rayo, agarrando piezas de calzado de madera (zuecos geta). Nombre de la obra: Raiden (“Trueno y rayo”). Talla de marfil. Altura 5 cm.
2. Figura de rana muy detallista; por ejemplo, sus pequeños ojos tienen incrustaciones que muestran el toque refinado de un maestro. Nombre de la obra: Hoshigaki ni kaeru (“Rana sobre un caqui seco”). Realizado por Sukenaga. Talla de madera de boj japonés. Altura 3 cm.
3. Representación de un bonito servido al comienzo de la temporada de este pescado, que era un manjar muy estimado por los habitantes de Edo. Nombre de la obra: Kiba-bori hatsu-gatsuo netsuke (“Bonito a principios de temporada tallado en netsuke de marfil”). Realizado por Mitsuhiro. Talla de marfil. Diámetro 4,1 cm.
4. Pequeño perro en una postura graciosa con una pata delantera alzada. Nombre de la obra: Koinu (“Perrito”). Realizado por Sukenaga. Talla de madera. Longitud 3,5 cm.
5. Piel de pera con una abeja de sorprendente realismo. Nombre de la obra: Nashi ni hachi (“Pera con una abeja”). Realizado por Kogetsu. Talla de madera. Altura 4,9 cm.
6. Una tigresa madre que vigila atentamente sus cachorros. Nombre de la obra: Oyako tora (“Madre y cachorros de tigre”). Realizado por Hakuryu. Talla de marfil. Longitud 3,5 cm.
7. Gorrión ahuecando las plumas para abrigarse. Un tema común de aquella época. Nombre de la obra: Fukura suzume (“Gorrión ahuecando las plumas”). Obra lacada. Longitud 4 cm.
8. Mono con un durazno, lo que constituye un símbolo que expresa esperanza por una vida longeva. Nombre de la obra: Saru (“Mono”). Realizado por Toyomasa. Talla de madera. Altura 3,7 cm.

Las fotos de todos los pasadores netsuke están tomadas de Netsuke: Gyoshukusareta Edobunka (“Netsuke: cultura de Edo en miniatura”), compilado por la Academia Japonesa de Netsuke y publicado por Bijutsu Shuppan-Sha Co., Ltd, 2005.

Técnicas impulsadas por la moda

Estuche inro para llevar. Ilustración de hiedra en makie (oro y plata sobre laca) y raden (nácar). El estuche tiene un pasador netsuke redondo que también está decorado con makie. Nombre de la obra: Tsuta makie inro (“Inro de makie con una hiedra”). 6,8 x 4,9 cm. Propiedad del Museo Nacional de Historia Japonesa.

También, por supuesto, debemos recordar el mundo cultural del kimono, y la forma en que este sirvió para desarrollar otras sofisticadas formas artesanales. Cuando se viste, el kimono presenta a la vista una figura caracterizada por prolongadas líneas verticales. Lo que lo convierte en un medio excelente para mostrar motivos estampapados, pero no resulta adecuado para combinarse con joyas, como collares o pendientes. La moda del kimono adoptó de maravilla algunas tendencias de moda en accesorios como las horquillas kanzashi para las mujeres, y objetos relacionados con las espadas de los samuráis, formando en cierto modo una combinación entre lo práctico y lo ornamental.

El inro constituye un ejemplo excelente. Estos eran accesorios decorativos que se llevaban suspendidos de la cintura. Originalmente estaban concebidos como estuches para llevar artículos personales, como sellos o medicinas. Esta tendencia en la moda fue iniciada por los samuráis, pero cuando llegó a extenderse por el pueblo llano el inro estaba ya considerado como un simple accesorio. Adoptaban una forma rectangular y generalmente tenían unos 9 cm de altura y 6 cm de anchura. El exterior estaba decorado con estampas o motivos empleando técnicas tales como makie (polvo de oro esparcido sobre un diseño en laca) o shippo (esmalte alveolado). Algunos motivos estaban inspirados en cosas de la naturaleza o en cuentos de hadas, otros eran diseños para traer buena suerte. Cada uno de estos minuciosos diseños detallistas nos cuenta una historia única y la vista nunca se cansa de verlos.

Otro ejemplo es el netsuke, que son pequeños pasadores que se usaban para sujetar objetos tales como inro, kinchaku (monederos de tela) y petacas de tabaco que se llevaban suspendidos de la cintura. Además, la demanda de netsuke como pequeños adornos personales inspiraron una mayor sofisticación en las técnicas de elaboración. Generalmente estaban hechos de madera o marfil, y sus diseños eran con frecuencia humorísticos y exhibían una destreza excepcional, representando un microcosmos de la naturaleza en un objeto que solo tenía unos centímetros de anchura. Las obras de netsuke son expresiones artísticas que muestran elementos de la vida cotidiana de la cultura de Edo en miniatura.