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2015 No.17
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En Japón, las miniaturas se hacen a lo grande

Fabricación de relojes
El largo camino hasta los actuales relojes de pulsera japoneses
Los relojes de pulsera encierran un mundo de precisión, ya que tienen solo pocos centímetros de diámetro y es imposible fabricarlos sin contar con una avanzada tecnología. Este es el tipo de sector en que la industria manufacturera japonesa ha destacado desde hace mucho tiempo. En estas páginas, haremos un examen de la historia de la fabricación de relojes de pulsera en Japón, mostrando el cuidado especial que se pone en cada fase de su producción para garantizar un funcionamiento óptimo.
Fotos: Seiko Watch Corporation, Citizen Watch Co., Ltd., Casio Computer Co., Ltd., el Museo Seiko, la Asociación Japonesa de Relojes y PIXTA

El reloj Astron de Seiko Watch Corporation utiliza señales GPS para reconocer de forma automática la zona horaria en la que se encuentra el usuario, en cualquier parte del mundo. Su exactitud es de toda confianza, incluso en la cima del monte Everest o en la Antártida.
Los inicios de la fabricación de relojes en Japón
La relojería en Japón tuvo su arranque a mediados del siglo XVI, cuando un misionero portugués trajo al país un reloj mecánico. Pero, al poco tiempo, el Shogunato de Edo cerró el país al mundo exterior, y de esta forma los relojes mecánicos japoneses comenzaron a desarrollarse de una manera particular, en forma de wa-dokei que mostraban la hora a la manera tradicional japonesa.
La característica más interesante de los wa-dokei era que empleaban un sistema horario disparejo. Actualmente, el día se divide en 24 horas de una duración uniforme, mientras que en el antiguo Japón el día se dividía en horas diurnas y horas nocturnas. El día y la noche tenían el mismo número de “horas”. El sistema de los wa-dokei se adaptaba al ritmo natural de la vida y se mantuvo como la base que regia las actividades cotidianas, mientras que en Occidente un horario compuesto de horas de igual duración se convirtió en la norma después de que los relojes mecánicos alcanzaran difusión.
El día y la noche tienen una duración diferente dependiendo de la estación, así que, por ejemplo, el antiguo sistema japonés asignaba “horas” más largas durante el día en verano y más cortas en invierno. El reto, por supuesto, era cómo hacer para que un reloj mecánico midiera el tiempo adoptando un sistema tan complicado. Después de muchos ensayos y errores, los relojeros finalmente llegaron a una solución adoptando sistemas diferentes. Un sistema tenía un mecanismo de foliot doble que se movía como un péndulo, que cambiaba dos veces al día, una para el día y otra para la noche. Otro sistema cambiaba los intervalos entre los números de la esfera del reloj para indicar “horas” más cortas o más largas.
Los antiguos relojes adoptaron diseños diferentes. El yagura-dokei, que adoptaba el nombre de una torreta yagura, tenía su mecanismo montado en un pedestal que tenía forma de campanario o de torre de vigilancia para incendios. El reloj shaku-dokei en forma de columna mostraba las horas en una escala vertical utilizando contrapesos que movían el mecanismo que hacía las veces de manecillas del reloj. El inro-dokei era un reloj portable en un estuche inro que estaba decorado con elegancia. Los wa-dokei eran excelentes piezas hechas con gran destreza, tanto en el aspecto técnico como el artístico.
En 1873, al poco tiempo de que el país se abriera nuevamente al mundo exterior, Japón adoptó el sistema occidental de intervalos de tiempo uniformes. Esto puso fin a la función que habían venido desempeñando los relojes tradicionales. Pero lo que no llegó a su fin fue el afán que los relojeros continuaron poniendo en el diseño, la técnica y la originalidad de sus creaciones. Esto pervive todavía en la actualidad en la industria relojera de Japón.

Reloj inro-dokei incorporado en un inro (pequeño estuche para llevar cosas de uso personal, como medicinas). Los números de la esfera del reloj están ajustados para compensar el cambio de duración del día y la noche con el cambio de las estaciones. Su ornamentada decoración usa carey y makie (polvo de oro o plata sobre laca).

Izquierda: Los relojes yagura-dokei estaban montados en un pedestal que asemejaba una torreta yagura. La campana de la parte superior señalaba las horas.
Derecha: Los relojes wa-dokei tenían una complicada configuración mecánica en su interior. Este tipo tenía un mecanismo de doble foliot que se movía automáticamente dos veces al día (una para el día y otra para la noche), marcando el tiempo a la manera tradicional.
Mostrando la hora exacta a todo el mundo:
El reloj de pulsera de cuarzo

Reloj de cuarzo utilizado como reloj maestro para las carreras de larga distancia en las Olimpiadas de Tokio. Lanzado al mercado por Seiko en 1963, ofrecía un consumo de pilas más bajo y tenía un tamaño compacto que lo hacía fácil de llevar. Se convirtió en el reloj oficial de competiciones deportivas de todo el mundo.
La industria relojera de Japón entró en sus tiempos de gloria en 1969, cuando los primeros relojes de pulsera de cuarzo aparecieron en los comercios.
Los relojes de cuarzo, que están controlados por un oscilador de cristal, se desarrollaron por primera vez en Estados Unidos en 1927, pero la invención no trajo consigo la rápida creación de productos comercialmente viables. El mayor obstáculo era su tamaño: el primer reloj de cuarzo de Japón que salió a la venta tenía 2 metros de altura, aproximadamente el mismo que un armario. El siguiente desarrollo fue la creación de un reloj de cuarzo para barcos. Ocupaba un espacio de 45 x 45 cm, y pesaba 30 kg. Se había hecho más pequeño, pero todavía resultaba imposible de llevar. Pero en 1963, el año anterior a los Juegos Olímpicos de Tokio, se produjo un reloj de cuarzo de 20 cm de altura y 16 cm de anchura para cronometrar las pruebas atléticas. Tenía un peso de 3 kg, lo que en aquellos tiempos supuso un avance notable en la dirección hacia la creación de productos más pequeños y ligeros.
Esta evolución culminó en el reloj de cuarzo de pulsera. A partir de un reloj de la altura de un armario hasta llegar a convertirse en un reloj de pulsera, los ingenieros realizaron grandes esfuerzos para crear un reloj fiable y a prueba de golpes que fuera exacto y portable.
Inicialmente, un reloj de pulsera de cuarzo lo suficientemente pequeño como para poder llevarse en la muñeca tenía un precio parecido al de un automóvil utilitario. Pero después de algunos años la producción en masa se convirtió en la norma y la posesión de un reloj de cuarzo de pulsera se puso al alcance de casi todos los bolsillos. La precisión y la producción en masa se combinaron para transformar radicalmente la industria mundial de relojes. Después de varios siglos de actividad relojera, la llegada de relojes de cuarzo de pulsera asequibles constituyó un acontecimiento innovador.

En los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964 se emplearon un total de 1.278 piezas de relojería de 36 tipos diferentes, incluyendo cronómetros y paneles de visualización de grandes dimensiones. Esta foto fue tomada durante el maratón.

Cadena de montaje en una factoría de relojes de pulsera de Seiko alrededor del año 1970. El número de relojes producidos en Japón creció a pasos agigantados en los años 60 y 70, gracias a los estrictos controles de calidad y a la eficiente producción en cadena que se introdujeron en la industria durante la segunda mitad de los años 50.
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3. El primer reloj de pulsera del mundo que podía mantener la precisión horaria por medio del uso de señales emitidas desde múltiples estaciones de transmisión. Fue fabricado en 1993 por Citizen Watch Co., Ltd. y para mantener su exactitud recibía la norma horaria y señales de frecuencia desde Japón, el Reino Unido y Alemania. La antena está instalada en medio de la esfera del reloj.
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4. La primera generación de relojes de pulsera G-Shock estaban diseñados a conciencia para poseer una alta resistencia a los golpes. Fabricados en 1983 por Casio Computer Co., Ltd., alcanzaron renombre por ser capaces de superar una caída desde una altura de 10 metros. Esta característica, revolucionaria en el mercado de aquel entonces, le proporcionó una gran popularidad.

La primera generación de relojes Astron revolucionó la industria de los relojes de pulsera. Encarnaba el afán de los japoneses por una medición exacta del tiempo, un afán que pervive en los avanzados relojes de pulsera de hoy día.
Magníficas funciones y calidad en un pequeño reloj
La tecnología que se emplea en los relojes de pulsera continúa evolucionando, y Japón es uno de los principales innovadores en estos avances. Los ingenieros japoneses ponen un gran empeño en seguir aumentando la valía de los relojes, bien sea dotándolos de una mayor resistencia a los golpes, o añadiéndoles funciones para medir cosas tales como la altitud y la presión barométrica o conectividad con los teléfonos inteligentes. Características tales como el empleo de la energía lumínica o el movimiento normal del brazo para darle cuerda al reloj, o una mayor exactitud a través de la sincronización con ondas electromagnéticas se encuentran ahora también en modelos más económicos. Las empresas japonesas se han adelantado recientemente a la competencia por medio de la sincronización con señales GPS, para lograr una mayor precisión sin importar en qué zona horaria se encuentre en ese momento.
Los productos reflejan el modo de pensar y las aspiraciones de sus creadores. Quizás el deseo por conseguir una precisión tan exacta a través del empleo de satélites sea una muestra de la seriedad del carácter de los japoneses, que son famosos por su respecto a la puntualidad y la precisión.
Fiables, prácticamente indestructibles, funcionalmente avanzados, alta calidad, precios asequibles, precisos, seguros, puntuales y elegantes... estas son las características de los relojes japoneses. La próxima vez que tenga oportunidad, quizás quiera probar un pequeño reloj dotado de toda la tecnología y dedicación japonesas.
El último modelo con GPS de Citizen, Attesa F900, incorpora una avanzada tecnología innovadora para cargar la pila con la energía lumínica proveniente de cualquier fuente. Este modelo puede incluso transformar una débil iluminación interior en energía suficiente para mantener cargado el reloj, eliminando la necesidad de cambiar las pilas. Lo que supone también una mejora medioambiental.
El último reloj G-Shock de Casio que acaba de salir al mercado. ¿Su característica especial? Utiliza señales convencionales de radio o señales GPS para marcar el tiempo con suma precisión. Algunos modelos de la serie también proporcionan connectividad con teléfonos inteligentes en ambas direcciones.