niponica es una revista Web que presenta el Japón moderno a la gente de todo el mundo.
2015 No.17
Para leer el libro electrónico necesita tener activado JavaScript en su navegador y tener instalado un plug-in Flash Player gratuito de Adobe Systems Inc.
En Japón, las miniaturas se hacen a lo grande
![5](../../../images/number-5.png)
Más que simples juguetes
Personajes de anime, vehículos, animales y obras de arte... Estos son solo algunos de los muchos modelos a escala hechos en Japón, que gozan siempre de una gran popularidad por su diversidad y gran calidad. Únase a nosotros en un recorrido por dos fábricas y descubra algunos de los secretos que hay tras la precisión en la producción de los modelos.
Fotos: Natori Kazuhisa
La artesanía de una pequeña fábrica añade realismo a los modelos de plástico a escala
Para hacer el modelo a escala se inyecta plástico líquido en moldes metálicos. Uno de los fabricantes de moldes es Syuto Inc. Se fundó en 1978 y opera en el barrio antiguo de Tokio, en el distrito de Edogawa.
Los moldes para las piezas del modelo de plástico se componen de distintas partes que forman un único molde. Las partes individuales del molde pueden fácilmente presentar pequeñas alteraciones o diferencias de tamaño. Es especialmente difícil hacer moldes con partes que deben encajar sin pegamento.
Syuto destaca en moldes de precisión, incluyendo moldes para los modelos con partes para encajar. De su pequeña fábrica han salido moldes para una impresionante variedad de productos de éxito. La compañía es un motor impulsor de la industria japonesa de los modelos a escala, y un brillante ejemplo del trabajo bien hecho.
El fundador de la compañía y a la vez presidente, Shibata Mikio, estuvo fuertemente vinculado a la creación del primer modelo de plástico japonés, que fue una maqueta del submarino de propulsión nuclear USS Nautilus. “En aquel entonces, nuestras herramientas para la fabricación de moldes de metal incluían juegos de cortafríos, que son algo parecido a un cincel. Un esfuerzo tras otro acababa en fracaso, pero era increíblemente gratificante probar diferentes técnicas hasta que encontrábamos la correcta”, dice sonriendo.
Hoy día, después de la fase de diseño por computadora, la fábrica usa impresoras 3D para hacer las muestras, y luego la maquinaria corta las piezas metálicas que conformarán el molde. Las pequeñas aristas afiladas que no pueden ser rebajadas con cuchilla se retiran con fundición eléctrica, para conseguir la superficie deseada, suavemente redondeada.
Y finalmente las manos humanas toman el mando, cuando los artesanos emplean sus especiales habilidades para perfeccionar las partes con una precisión de 1/100 de milímetro. Pintan las uniones del molde y las encajan para localizar las superficies irregulares, eliminando esas irregularidades con una lijadora eléctrica y confirmándolo al tacto. Además del tacto y otros sentidos, trabajan guiándose por la experiencia. Se tarda al menos cinco años en desarrollar la destreza para ello.
Cuando las partes de la maqueta se hacen con moldes de alta precisión no quedan rebordes en el producto final, lo que muestra lo precisas que eran las uniones del molde con que fueron hechas. La clave para hacer productos sin rebordes es simple para todo aquel relacionado con el proceso de fabricación de moldes, ser cuidadoso a la hora de evitarlos. Establecer elevados objetivos y encontrar el modo de alcanzarlos parece ser esencial en la industria de precisión.
Shibata Mikio sujetando la primera maqueta a escala hecha en Japón del submarino de propulsión nuclear USS Nautilus. Él participó personalmente en el proyecto que desarrolló el modelo.
Vida en miniatura en el interior de una cápsula
Los supermercados y los centros de videojuegos son algunos de los sitios donde podrá encontrar fácilmente juguetes en cápsulas que se venden en máquinas expendedoras. Dentro de la cápsula hay pequeñas figuritas, su popularidad sigue tan fuerte como siempre. Su historia en Japón se remonta a los años 60, cuando se importaron de los Estados Unidos por primera vez junto con las máquinas expendedoras de chicles. Desde entonces se pueden comprar a bajo precio por unos 10 yenes cada una. Desde los años 70 la variedad de artículos ha evolucionado para incluir cosas como figuritas o borradores de personajes de anime. Hoy día una cápsula cuesta unos 300 yenes.
Las series Ranas japonesas y Antártida son solo dos de los muchos artículos creados por la compañía Ikimon, que se especializa en figuritas en cápsulas de seres vivos de la naturaleza. Sus productos vienen en series de seis a ocho artículos en cápsulas de 40 a 75 mm. de diámetro, y están pensados para agrandarse montándolos o desplegándolos.
Dar vida a las figuritas es difícil, así que los creadores de Ikimon se lo piensan mucho a la hora de diseñar elementos tales como la curvatura del cuello y la expresión de los ojos. El color también es importante. La compañía generalmente necesita de seis a ocho meses, y a veces casi dos años, para completar un artículo desde la fase de planificación a la de producto terminado.
Los moldes de las figuritas los hacen artistas del modelado. Ellos moldean el plástico con una lijadora eléctrica y perfeccionan la forma con utensilios hechos a mano de materiales tales como la madera y el alambre fino de latón. “No hay una manera correcta de hacer la forma original, ni un procedimiento establecido. Cada uno usa su propio método, y desarrolla sus propias herramientas para el trabajo a mano”, nos comenta Terasawa Ko. Su experiencia en este campo llega a 15 años.
Si las cosas salen bien una serie de seis artículos puede estar acabada en un mes, pero si surgen dudas, puede llevar más de un año.
“Cuando algo no está bien, algo me parece raro inmediatamente. En principio no sé por qué tengo esa sensación, puede ser el contorno de los brazos, o la postura; yo solo sé que tengo que cambiar determinados detalles, y luego otros. Es por esto por lo que puede llevar realmente tanto tiempo”.
Las figuritas pueden ser baratas y fáciles de adquirir, pero aún así los clientes exigen un alto grado de perfección. Los creadores que las hacen han dado fama a la industria de los modelos a escala de Japón con su esfuerzo y autodisciplina.
Los modelos a escala japoneses tienen una calidad que se basa sobre todo en sensaciones subjetivas tales como la impresión o el tacto. Irradian una especial cercanía. Quizás por su naturaleza vibrante y realista, parecen tener el poder de llevar a la gente, sea joven o mayor, hombre o mujer, a un mundo de fantasía.