2014 No.14

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Esplendor y brillo en la cultura japonesa

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El esplendor del mar:
las preciadas perlas japonesas

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Un artesano selecciona las perlas una a una, clasificándolas por tamaño, color, maki (el grosor de las capas de nácar) y teri (el lustre que brilla desde su interior). El trabajo se realiza con luz natural.

Kobe, el centro mundial de la industria de las perlas

Las perlas se convirtieron en uno de los sectores fuertes de las exportaciones japonesas durante los años 50 hasta mediados de los 60. Las perlas inspiraron nuevas tendencia en la alta costura femenina y estaban en gran demanda entre la alta sociedad, entre las actrices de Hollywood y mujeres de alta alcurnia. Las consumidoras de moda exclusiva se enamoraron de las “perlas japonesas” y los turistas de sexo masculino que visitaban el país las compraban para su novia o para algún miembro de su familia. Estos fueron los tiempos del boom de las perlas japonesas.

El centro de la industria de la perla era Kobe, que estaba ya bien establecido como puerto para el comercio internacional. Situada en la prefectura de Hyogo, en el Mar Interior de Seto, la ciudad de Kobe se encuentra entre varios de los principales centros de cultivo, como son Uwajima, Ise y Kyushu, y ha desempeñado durante mucho tiempo la función de centro de distribución de perlas. Además de las ventajas de su ubicación geográfica, hay una característica topográfica ventajosa: al norte de la ciudad se encuentra el monte Rokko. Los rayos solares llegan a la montaña desde el sur y las verdes lomas de la montaña reflejan de vuelta los rayos del sol en forma de una luz suave que se filtra desde el norte. Los expertos dicen que una fuente fiable de luz natural procedente del norte, como la reflejada por el monte Rokko, es esencial para poder realizar una valoración precisa de la calidad de una perla. Kobe satisface esa condición, y por lo tanto los expertos artesanos de perlas se concentraron en masa en esta ciudad.

También se establecieron en la ciudad numerosos comerciantes internacionales. El sobrenombre de la ciudad, “Kobe, la ciudad de las perlas”, se usaba con frecuencia, más entre los extranjeros que entre los mismos japoneses. En una historia corta de Somerset Maugham, aparece un hombre que va a investigar el negocio de las perlas japonesas acompañado de alguien que trabajaba en el Consulado de EE.UU. en Kobe. Se cuenta que el actor cómico Charles Chaplin compró perlas para su esposa mientras se encontraba de viaje de luna de miel en Kobe.

Perlas clasificadas por pares, que se usarán principalmente para zarcillos. Se necesita un talento especial para identificar pares que sean idénticos en tamaño y en color.

Hileras de perlas de la misma categoría antes de su transformación en collares.

“Calidad japonesa”

Entre los expertos de hoy día, al igual que en el pasado, el sentido común les dice que si quieren las mejores perlas, tienen que ir a Kobe. La ciudad reúne la habilidad de tasadores exigentes, la técnica de los expertos y la atención al detalle de los japoneses. Estos tres factores hacen que las perlas alcancen niveles de calidad cada vez más altos.

Actualmente, el 80% de todas las perlas del mundo pasan por Kobe en su camino a los mercados de todo el mundo. Después de pasar por las manos de los artesanos de Kobe, su valor se incrementa aún más. La “calidad japonesa” se encuentra en pleno vigor en el mundo de las perlas.

Las perlas japonesas constituyen una luz resplandeciente en el mundo de la belleza, que brilla mantenida con trabajo y talento.

Medidores para calibrar el diámetro y planchas con agujeros para separar las perlas por diferentes tamaños, llamadas “furui”, son algunas de las herramientas que se utilizan para la clasificación.

Los mayoristas vienen a este lugar en Kobe para presentar sus licitaciones. No hay luces instaladas en el techo, ya que la tasación se hace solamente con luz natural.

El puerto internacional de Kobe. El monte Rokko constituye el telón de fondo de la ciudad, y la luz del sol que vuelve reflejada desde las lomas de la montaña es una forma ideal de luz natural para el manejo y la tasación de las perlas.