niponica es una revista Web que presenta el Japón moderno a la gente de todo el mundo.
2016 No.19
Japón y su amor por las cuatro estaciones
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Estaciones cambiantes
La primavera es la estación en que todo comienza. En Japón, tanto las escuelas como las empresas dan inicio en abril a un nuevo año de actividades. Con la llegada de la primavera brota nueva vida, el paisaje se llena de flores y tanto la gente como la tierra misma reciben con alegría un nuevo comienzo.
Fotos: Tanji Yasutaka
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Fascinados por la luna
Desde los tiempos del Man’yoshu, la antología poética más antigua de Japón, los cerezos en flor han sido retratados en la poesía como un referente emotivo. Las reuniones bajo los cerezos o hanami son una importante costumbre que se ha transmitido hasta la actualidad. Tanto en su fascinación por la mística apariencia que adquieren de noche, como por la manera en que caen sus pétalos, los japoneses dejan entrever una sensibilidad especial para apreciar las flores de cerezo.
Disfrutando bajo el sol
Una vez terminada la temporada de las lluvias, llega el sol del verano. Junto con sus altas cotas de temperatura y humedad, el estío japonés ofrece una variedad de diversiones únicas de esta estación: Se puede disfrutar del mar en hermosas playas, escalar montañas y asistir a eventos típicos como las exhibiciones de fuegos artificiales o los festivales de verano. Es una oportunidad de atesorar recuerdos que nos acompañarán para siempre.
Colores impactantes
El otoño ofrece paisajes siempre distintos, con un entramado de árboles tan diversos como los arces y sus tonos rojos, y los ginkgos, teñidos de vivo amarillo. Desde la antigüedad, los japoneses han hecho excursiones al campo y la montaña para disfrutar de este colorido espectáculo natural.
Danzando en la nieve
Al aproximarse el frío invierno, en distintas partes de Japón se comenta la llegada de las grullas. Provenientes de tierras gélidas, vienen a pasar aquí el invierno y en la primavera vuelven a su lugar de cría. La elegante figura de las grullas erguidas sobre la tierra nevada ha sido motivo de admiración desde tiempos antiguos. El nombre taxonómico de la espléndida grulla de Manchuria es Grus japonensis, que significa “grulla oriunda de Japón”.