Captura y cría de insectos: Un popular pasatiempo infantil en Japón
![Niño pequeño cazando insectos](/kidsweb/img/insects-hobby01.jpg)
Cómo te sientes con respecto a los insectos? Los encuentras aburridos o quizás algo espeluznantes?
Para los japoneses, los insectos son, en realidad, una parte familiar de la vida. Desde hace mucho tiempo, el aleteo de las mariposas y el canto de los grillos marcan el cambio de estación y son un aspecto de la naturaleza que la gente observa con cariño. Incluso hoy en día, los insectos como los escarabajos rinoceronte japoneses, los ciervos volantes, las cigarras, las libélulas y las mariposas son mascotas populares para los niños, que disfrutan capturándolos en la naturaleza y criándolos en casa. Pero ¿cuál es la historia de esta íntima relación con los insectos? Veamos.
Los amantes de los insectos en diferentes épocas
La historia de los amantes de los insectos en Japón se remonta a más de 1300 años atrás, al periodo Nara de Japón (710–784). Los nobles en ese momento disfrutaban con el canto de los grillos y a la gente, desde entonces, le complace este sonido. En el periodo Edo (1603–1868) escuchar a los grillos se convirtió en un pasatiempo popular para las personas corrientes, tanto que los comerciantes de las ciudades comenzaron a vender insectos que emitieran sonidos particularmente hermosos.
Una pintura en madera ukiyo-e de un vendedor de insectos en el siglo XIX. Utagawa Toyokuni. Fuente: Colección del Museo de Tokio
Otro insecto presente a lo largo de la historia es la luciérnaga. Aunque los nobles ya disfrutaban contemplando las luciérnagas desde muchos siglos atrás, también fue en el periodo Edo cuando se extendió entre el público general. Hasta había barcos especiales para ir a ver luciérnagas, lo que se convirtió en una tradición veraniega popular para mucha gente. Incluso ahora, la observación de luciérnagas sigue siendo una actividad muy apreciada en las vacaciones familiares y en diversas ocasiones.
Ver luciérnagas por la noche es desde hace mucho uno de los acontecimientos favoritos del verano.
El gozo de coleccionar bichos
El amor por los insectos forma parte de la cultura japonesa desde hace mucho tiempo y, para muchos niños, todo comienza con la captura de bichos durante las vacaciones de verano con su familia. Mariposas, libélulas y cigarras siempre han sido objetivos muy populares. En lugares más próximos a la naturaleza, los niños pueden observar mariposas a lo largo de las carreteras rurales, perseguir libélulas en campos de arroz o atrapar cigarras encaramadas en los árboles del bosque. Incluso en una gran ciudad, es fácil encontrarlos en el parque. Dicho esto, para cazar los insectos concretos que deseas se necesitan habilidades y conocimientos, por lo que localizarlos es un juego emocionante para muchos niños.
Una mariposa posada sobre una flor.
Las libélulas rojas son un símbolo del otoño.
El canto de las cigarras se relaciona con el verano.
Los escarabajos rinoceronte japoneses y los ciervos volantes comenzaron a ser populares entre los niños en la década de los sesenta. Esto se debía en gran medida a su aspecto llamativo: sus grandes cuernos y mandíbulas, así como las duras alas exteriores que protegen su cuerpo se asemejan a coches o máquinas, una imagen muy atractiva para los niños en ese momento.
En los últimos años, se ha vuelto mucho más difícil atrapar estos dos insectos en las ciudades, por lo que las tiendas han comenzado a venderlos en jaulas de plástico. Esto impide que los insectos salgan volando, por lo que se pueden guardar con mayor facilidad y ha animado a muchos niños a tener escarabajos rinoceronte japoneses y ciervos volantes como mascotas.
Los escarabajos rinoceronte japoneses son el insecto más popular entre los niños en Japón.
El ciervo volante nokogiri kuwagata también tiene muchos fans.
Incluso ahora, los dos insectos luchan por el primer puesto en los rankings de popularidad. Pero no solo se tienen en casa: son habituales como mascotas en las clases de la escuela primaria, donde los estudiantes se ocupan de darles de comer y mantener las jaulas limpias. La experiencia de cuidar de estos insectos ayuda a los niños a conectar con la naturaleza y otros seres vivos, con la ayuda de padres y profesores.
Izquierda: Los escarabajos son bastante fáciles de tener como mascotas, hasta los niños pequeños pueden ayudar.
Derecha: En verano, suelen venderse en los supermercados y centros para el hogar jaulas de plástico, tierra y comida para insectos.
Cada verano, en grandes ciudades como Tokio y Osaka se celebran eventos llamados "exhibiciones de insectos". Estos actos reúnen todo tipo de insectos diferentes en un solo lugar para que los niños que viven en la ciudad tengan la oportunidad de verlos de cerca e incluso tocarlos.
Tokyo Skytree celebra un popular evento cada verano donde se pueden tocar los escarabajos rinoceronte japoneses y ciervos volantes. (Imagen proporcionada por el Comité Ejecutivo de Daikontyu-ten.)
Algunos adultos que eran grandes aficionados a los insectos de jóvenes han estado aplicando ese conocimiento a su trabajo. Tajiri Satoshi, creador de la popular serie Pokémon, es un entusiasta de los insectos desde que era un niño pequeño. Afirma que la idea de Pokémon surgió de sus emocionantes experiencias cazando insectos en parques y bosques cercanos durante su infancia.
Un cómic sobre Tajiri Satoshi, desde su época de amante de los bichos cuando era niño hasta que Pokémon revolucionó el mundo. (Satoshi Tajiri: The Man Who Created Pokémon (El hombre que creó Pokémon), publicado por Shogakukan. Comentarios de Miyamoto Shigeru, creado por Kikuta Hiroyuki con ilustraciones de Tanaka Akira.)
La cultura de amor por los insectos sigue presente en el Japón moderno. Los sonidos de los insectos y el centelleo de las luciérnagas son elementos importantes a la hora de ayudar a los japoneses actuales a sentirse más cerca de la naturaleza y los niños que crecen en este ambiente forjan una estrecha relación con los insectos desde una edad temprana. Al fin y al cabo, atraen por muchas razones: son atractivos, es divertido atraparlos y criarlos aumenta la curiosidad y el apego a otras criaturas vivientes. Esto, a su vez, ayuda a los niños a aprender sobre el mundo natural que los rodea y a comprenderlo mejor.