Tejido jofu: Desde las nieves del norte hasta los soleados mares del sur

Derecha: Umi-zarashi utilizado para confeccionar Yaeyama-jofu. (Foto cortesía de Ohmori Kazuya)
El jofu es la cumbre del tejido de asa japonés, que durante mucho tiempo se presentaba a la corte imperial y a las familias del shogunato. Está hecho de fibras de ramio, una planta perenne de la familia de las urticáceas, que se separa en hebras que se tejen entre sí. El resultado es un tejido suave, ligero y fresco, perfecto para el kimono de verano.
Ramio. (Cortesía de Suda Masako)
Japón se extiende del noreste al suroeste y abarca climas muy distintos: mientras que el norte está cubierto de nieve durante el invierno, el sur es subtropical.
A pesar de ello, el tejido jofu se confecciona tanto en el norte como en el sur. Concretamente, el área de Shiozawa en la prefectura de Niigata, y las islas de Miyako y Yaeyama en la prefectura de Okinawa.
Echigo-jofu de la nevada Shiozawa
Shiozawa, rodeada de montañas de unos 2000 metros de altitud, recibe algunas de las nevadas más fuertes de Japón. El Echigo-jofu de esta región está catalogado como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, y se dice que data de más de 1000 años.
La ciudad de Minamiuonuma, prefectura de Niigata, donde se encuentra Shiozawa. (Foto cortesía de la ciudad de Minamiuonuma)
El Echigo-jofu también está catalogado como importante Patrimonio Cultural Inmaterial de Japón. (Foto cortesía de la Asociación para la Conservación de Técnicas para Echigo-jofu, Ojiya-chijimi-fu)
La producción de Echigo-jofu comienza con el cuidado de la tierra utilizada para cultivar su materia prima, el ramio. Las brillantes fibras se obtienen de la corteza del ramio cultivado en el pueblo de Showa, en la vecina prefectura de Fukushima.
(Izquierda) Un campo de ramio en el pueblo de Showa. (Centro) La cosecha anual. (Derecha) Fibras de ramio (cortesía de Suda Masako)
Producir los hilos en Shiozawa no es una tarea fácil. Las fibras de ramio de alta calidad del pueblo de Showa se separan cuidadosamente y se retuercen a mano para formar hebras que luego se unen con hebras de algodón en diversos lugares según el diseño y se tiñen por el método de reserva. Una vez teñidas, se retira el algodón. Los hilos se tejen en patrones de diseño intrincado mediante telares tradicionales llamados jibata, un proceso laborioso que requiere hasta más de tres meses para terminar un solo kimono. Cada etapa de la producción de Echigo-jofu ilustra la incansable paciencia de la gente en las regiones nevadas de Japón.
(Izquierda) Las fibras individuales se retuercen juntas. (Centro) Preparación de las hebras para el teñido.
(Derecha) Hebras teñidas por reserva que todavía muestran las partes blancas. (Foto cortesía de la Asociación para la Conservación de Técnicas para Echigo-jofu, Ojiya-chijimi-fu)
Tejido con un jibata. (Foto cortesía de la Asociación para la Conservación de Técnicas para Echigo-jofu, Ojiya-chijimi-fu)
En los días soleados a finales del invierno, el tejido jofu se coloca sobre la nieve de Shiozawa, que genera el ozono que blanquea las fibras vegetales y el tejido, intensificando así la viveza de los colores.
Yuki-zarashi utilizado para confeccionar Echigo-jofu. Es importante no blanquear demasiado el tejido para que los colores no se desvanezcan. (Foto cortesía de la Asociación para la Conservación de Técnicas para Echigo-jofu, Ojiya-chijimi-fu)
Miyako-jofu y Yaeyama-jofu de las soleadas islas del sur
La isla de Miyako, situada a unos 1839 km al suroeste de Tokio, alberga otros ejemplos de Patrimonio Cultural Inmaterial de Japón: Miyako-jofu. Cada paso de su confección se realiza en la isla, desde el cultivo del ramio hasta el tejido de la tela.
Miyako está rodeada de hermosos mares y arrecifes de coral. (Foto cortesía de Bannaido)
Miyako-jofu. (De Shinzato Reiko, foto cortesía de la Sociedad de Conservación de Miyako Jōfu)
El ramio crece rápidamente en Miyako, donde el día tiene muchas horas de luz, por lo que puede cosecharse cuatro o cinco veces al año. Las conchas de unos moluscos, llamados abulón u orejas de mar (nombre científico: Haliotis asinina), se utilizan para raspar las fibras.
(Izquierda) Obtención de las fibras con conchas marinas. (Derecha) Creación de hebras finas. (Foto cortesía de la Sociedad para la Conservación del Hilado de Ramio de Miyako)
Los hilos de ramio se tiñen varias veces con añil, se escurren y se secan al sol en Miyako durante una o dos semanas hasta que se consigue color azul intenso. Después de todo, el color del mar resulta íntimamente familiar para la gente de Miyako.
Hilos de ramio teñidos con añil (cortesía de Suda Masako)
Los hilos se tejen con intrincados patrones de kasuri, por lo que se tarda un día completo en tejer alrededor de 10 cm de tela. (Foto cortesía de la Sociedad de Conservación de Miyako Jōfu)
El Miyako-jofu se remata con un proceso de golpeado del tejido con una maza llamada kinutauchi. Para golpear el tejido se utilizan unas mazas de unos 4 kg que suavizan la textura y le dan un brillo similar a la cera.
Kinutauchi. (Cortesía de Suda Masako)
Miyako-jofu brillante. (Foto cortesía del Comité Ejecutivo de NPO Textiles Across the Seas)
Aunque el Miyako-jofu también se conoce como kon-jofu ("kon" significa azul oscuro), el Yaeyama-jofu hecho en la isla de Ishigaki, que se encuentra a unos 123 km al suroeste de Miyako, se conoce como shiro-jofu ("shiro" significa blanco).
Yaeyama-jofu. (De Arakaki Sachiko, foto cortesía de Ohmori Kazuya)
Para el Yaeyama-jofu se utiliza una técnica llamada umi-zarashi, en la que el tejido se blanquea en el mar. Al igual que el yuki-zarashi utilizado en Shiozawa, esto produce ozono, que blanquea el tejido y enriquece el color del tinte con kuru (Dioscorea rhipogonoides). Ambas técnicas se basan en el profundo conocimiento de la gente de su entorno natural.
Umi-zarashi utilizado para confeccionar Yaeyama-jofu. (Foto cortesía de la Cooperativa de Fabricantes de Textiles Ishigaki)
Las formas tradicionales de artesanía manual perfeccionadas por el clima circundante todavía se transmiten cuidadosamente tanto en el norte como en el sur de Japón.