El mundo de las carpas «nishiki-goi», con su encanto internacional
Las «nishiki-goi», que aparecieron repentinamente como una mutación a principios del siglo XIX (periodo Edo) en Japón, han sido criadas durante muchos años como peces ornamentales y son muy familiares para los japoneses. Las hermosas «nishiki-goi» han sido descritas como «joyas vivientes» y «obras de arte acuáticas», y están ganando cada vez más admiradores en todo el mundo por su valor como peces ornamentales. Aquí presentamos las «nishiki-goi», que fascinan a mucha gente dentro y fuera de Japón
¿Qué son las «nishiki-goi»?
«Nishiki-goi» es el nombre general que se da a las carpas criadas para uso ornamental. Se las distingue así de las carpas que son pescado comestible. Las nishiki-goi solían criarse y desarrollarse en la prefectura japonesa de Niigata, y con el tiempo se extendieron por otras partes del país y se exportaron al extranjero. Actualmente, existen entre 130 y 140 variedades. Las nishiki-goi se caracterizan por sus diversos colores y manchas, desde el blanco, el rojo y el negro hasta el dorado y el plateado brillantes. Su elegancia al nadar les ha valido el apodo de «obras de arte acuáticas».
Por ser peces ornamentales grandes y bellos, las nishiki-goi son únicas en el mundo y han atraído la atención internacional en los últimos años. Muchos extranjeros amantes de las carpas visitan las ferias de nishiki-goi de Niigata y otras prefecturas, donde las premiadas pueden alcanzar precios muy altos.
La cría de «nishiki-goi»: una historia de más de 200 años
La historia de las nishiki-goi se remontaría a principios del siglo XIX, con la mutación de una carpa criada como pez comestible en las montañas del centro de la prefectura de Niigata (las actuales ciudades de Ojiya y Nagaoka). Los campesinos de entonces siguieron criándolas como pasatiempo y acabaron por comercializarlas. En 1914, fueron presentadas en la Exposición Universal de Ueno, Tokio, la capital de Japón, con el nombre de «Echigo no Kawari-goi» o «carpas mutadas de Echigo», y se hicieron muy conocidas en todo Japón. Luego fueron exhibidas en exposiciones en Estados Unidos, donde fueron muy bien recibidas. En la década de 1970 se produjo un gran auge de las nishiki-goi, y cada vez más gente comenzó a disfrutarlas en todo Japón, por lo que se hizo habitual ver nishiki-goi nadando en estanques bien mantenidos de muchos hogares.
El encanto de las «nishiki-goi»
La extraordinaria belleza de sus variados colores y manchas es el mayor atractivo de las carpas nishiki-goi. En especial, las nishiki-goi bien proporcionadas y con manchas bien contorneadas se consideran de gran valor. Además, en todo el mundo, los amantes de las carpas solían preferir las nishikigoi más llamativas, doradas o plateadas, pero con el paso de los años se han ido imponiendo los motivos tradicionales moteados, como las kohaku, las tricolores y las tancho, que solían considerarse más japoneses. Por lo general, en las zonas de producción de nishiki-goi, se crían en estanques naturales al aire libre desde la primavera hasta el otoño, y en los meses fríos se trasladan a estanques o tanques interiores más cálidos para pasar el invierno o venderlas. Allí crecen con gran belleza, ya que se las cría dedicando tiempo y esfuerzo a mantener la temperatura y la calidad del agua en los niveles adecuados.
El factor más importante en la cría de las hermosas carpas nishiki-goi es lograr una buena coloración y forma corporal. Para hacer sus selecciones, los criadores utilizan su intuición y su vista, entrenada tras muchos años de experiencia en la cría de nishiki-goi. Las nishiki-goi criadas en entornos naturales se exponen en las ferias de nishiki-goi que se realizan en todo Japón, no solo para disfrute del público en general, sino también para su venta a compradores nacionales y extranjeros. Además de comprar las nishiki-goi adultas que más les gustan, algunos extranjeros también compran alevines, para ver su belleza cuando crezcan. Confían la cría al productor como propietario y luego visitan la zona de producción todos los años, para disfrutar viendo crecer a sus nishiki-goi hasta que alcancen la plenitud de su belleza. En el caso de las nishiki-goi, que embellecen a medida que crecen y cambian su coloración y sus manchas, existe también el factor suerte en la obtención de la belleza definitiva de las nishiki-goi, pero el placer de imaginar lo bonitas que serán al crecer y seleccionarlas, así como el placer de admirar su proceso de transformación, también es un atractivo único de las nishiki-goi.
Se dice que las nishiki-goi son un símbolo de paz por su carácter sosegado, ya que parecen no gustarles los conflictos, nadan despacio y son relativamente fáciles de mantener. El profundo mundo de las nishiki-goi, de una belleza difícil de conseguir, creada por el esfuerzo constante del hombre sobre la naturaleza, seguirá fascinando en el futuro a gente de todo el mundo.