2015 No.16

Japón, un lugar para el relax y el plácido descanso

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Alójese en un ryokan y saboree el ambiente de una casa japonesa

Quítese los zapatos, estire las piernas sobre el suelo de tatami y disfrute de la cocina japonesa. Fíjese bien en los materiales naturales del edificio, el diseño interior y el verdor del jardín. Las posadas japonesas, llamadas ryokan, le ofrecen una cómoda y relajante experiencia en un ambiente tradicional.

Fotos: Kawabe Akinobu  Colaboración: balneario de aguas termales Hakone/Tonosawa Fukuzumi-ro (Ashigarashimo-gun, prefectura de Kanagawa)

La arquitectura tradicional con sus materiales naturales, el verdor del jardín y el impecable servicio que proporciona el personal nakai; todas estas cosas definen la experiencia que le aguarda a usted en un ryokan.

El farol colgante añade un toque de elegancia al jardín.

Si viene a Japón y quiere gozar de un ambiente auténticamente japonés, no habrá nada mejor que pasar una noche en una posada ryokan, en vez de en un hotel. Las viviendas construidas al modo tradicional son cada vez más escasas en Japón, pero en un ryokan podrá experimentar fácilmente todos los placeres del estilo de vida antiguo.

La característica más distintiva de una casa japonesa es el hecho de que la gente se descalza para entrar en ella. Al pasar al interior por la puerta principal nos encontramos inmediatamente con el genkan, una entrada que sirve como vestíbulo que separa el mundo de fuera del interior de la casa. Usted deja los zapatos en el genkan, y entra en la casa, liberando sus pies de las restricciones del calzado, lo que le permite sentirse a sus anchas.

En la mayoría de los casos, cuando se aloje en un ryokan lo más normal es que coma, pase el rato y duerma en una misma habitación. Pero no se preocupe de que en una sola habitación pueda faltarle espacio; al llegar la noche la mesa baja y los asientos sin patas se retiran o se pliegan y se guardan fuera de la vista. Y son reemplazados por futones y ropa de cama que se sacan del armario y se colocan sobre el suelo para convertir la habitación en un dormitorio en tan solo un instante. Los muebles tradicionales japoneses por lo general son ligeros y adaptables para utilizar el espacio de forma eficiente.

Después de entrar en sus habitaciones, los huéspedes normalmente se cambian de indumentaria, quitándose la ropa de viaje, y descansan, tomando algo de té del juego de té que hay preparado, así como comiendo algunos dulces y refrigerios. La cafeína que contiene el té verde nos despeja la cabeza de forma agradable y alivia el cansancio producido por el viaje.

No se reprima y siéntese relajadamente sobre las esteras de tatami. Sus suaves fibras ofrecen una textura agradable y desprenden un olor parecido al de la fragante hierba seca. Esté preparado para llevarse alguna sorpresa: es posible que usted no esté acostumbrado a repantigarse en el suelo, pero en realidad es bastante agradable.

Las puertas corredizas de papel (shoji) se dejan abiertas, ofreciendo una vista del jardín, mientras que en un pequeño hueco (tokonoma) dentro de la habitación cuelga una estampa o una obra de caligrafía. Debajo de la estampa se encuentra un arreglo floral. La tranquilidad reinante realza el disfrute visual del momento.

Usualmente se espera que un ryokan cuente con baños de aguas termales. Dedique algo de tiempo a sumergirse sin más en sus cálidas aguas antes de la cena, y el apetito le vendrá en su justo momento.

Después del baño, nadie va a pensar nada malo si usted camina por el pasillo vestido cómodamente con un yukata, una prenda parecida a una bata de algodón, directamente sobre su piel. En un ryokan, el yukata se usa en la cama, en lugar de pijama, y también en cualquier otro lugar dentro de los terrenos del ryokan. Usted puede sentir que todo el local constituye una extensión de su habitación, en vez de un espacio público formal.

Una vez que vuelva del baño a su habitación, la cena le estará esperando, habiendo sido servida mientras estaba fuera. Después de acabar de cenar, los miembros del personal de servicio, llamados nakai, recogerán las cosas en el más completo silencio, haciendo alarde de una gran profesionalidad. Seguidamente, como por arte de magia, le prepararán la cama.

Comodidad y relax. Todos los elementos de un ryokan están pensados con este propósito, y usted solamente tiene que dejar que lo mimen. Este es el encanto de alojarse en un ryokan.

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La okami (propietaria) saluda a los huéspedes a su llegada con un acogedor “¡irasshaimase!”(“¡sean bienvenidos!”).

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Una habitación pensada para la vida tradicional: esteras de tatami, puertas corredizas shoji cubiertas de papel washi que dejan pasar la luz, una mesa baja, un jardín en el exterior de la habitación y una obra de caligrafía en el hueco del tokonoma (en el extremo derecho de la foto).

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Aleje su mente de las obligaciones y sírvase un té con el juego de té que le espera en la habitación. El cansancio del camino va desapareciendo.

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Tómese su tiempo antes de la cena para disfrutar del baño de aguas termales. Y deléitese en el tacto del algodón de la bata yukata directamente sobre su piel.

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Aunque usted no pueda ver el verdadero monte Fuji desde aquí, las ventanas corredizas shoji ofrecen una representación lúdica del Fuji para entretener la vista.

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Quítese los zapatos y entre en contacto directo con las esteras de tatami para disfrutar de una sensación que es en verdad bastante relajante. (Foto: Aflo)

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Después del baño, siéntese en un sillón de ratán y refrésquese con la brisa que sopla cerca de la corriente de un burbujeante riachuelo.

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La cena se sirve en la habitación justo en el momento adecuado. La cocina tradicional de un ryokan es una obra de arte de la que puede gozarse sin ningún protocolo.