Reportaje EspecialEl mundo de las cosas monas o kawaii
Kanno: Muchos de los recientes estilos graciosos parecen inspirarse en el grupo de gente que nosotros llamamos otaku7 (frikis o empollones).
Obata: Algunos productos presentaron aspecto mono en la década de los ochenta; pero en los noventa los fabricantes se quedaron sin ideas. Entonces los consumidores comenzaron a seguir el ejemplo de los frikis.
Ishihara: Sí. Al mismo tiempo se fabricaron cosas bonitas, a las que los frikis calificaron de monas y entonces la gente las aceptó como tales. Por ejemplo, los jugadores de rol del cosplay, vestidos como el carácter Sailor Moon.
Izquierda: En 1992 el carácter Bishoujo Senshi Sailor Moon se convirtió en un gran éxito tras aparecer simultáneamente en una serie de revistas y en un vídeo de anime.
Derecha: Dos mujeres se lo pasan bien con el cosplay (“juego de los disfraces”, en que se visten como personajes mediáticos del pop) en el distrito de Akihabara de Tokio. (Foto: Nose Hirofumi)
Kanno: Los frikis pueden calificar algo como mono, pero una persona cualquiera también puede encontrarlo gracioso por sí misma. Simplemente quizá son los frikis quienes le dan esa calificación.
Ishihara: ¿No tiene usted la sensación de que las revistas para niños de primaria cubren mucho la cultura friki?
Kanno: Sí, sí. Los frikis compran cosas monas como figuritas, Cuando las revistas para niños de primaria llevan un suplemento de figuritas, muchos adultos las compran, y las ventas aumentan enormemente. Supongo que se enteran por internet.
Obata: Los adultos también adquieren muchos objetos del grupo musical Morning Musume8.
Ishihara: Es interesante que los frikis no emplean la palabra kawaii al hablar de cosas que ellos consideran bonitas.
Kanno: No, ellos dicen "moe~"9. Esa palabra se lleva oyendo dos o tres años. Expresa un repentino sentimiento de valoración que brota de dentro.
Ishihara: Sí, moe viene de moe-izuru, lo cual le hace a uno pensar en el brote de una semilla cuando sale de la tierra.
Kanno: Sí, sentimientos de admiración que “brotan” de ese modo.
Obata: Supongo que el término tiene diferentes acepciones. Pero cuando un friki dice ‘moe~’, su significado es en lo fundamental el mismo que el más habitual ‘kawaii ’.
¿Hasta qué punto es mono lo kawaii ?
Texto: Ishihara Soichiro, columnista Foto: Kono Toshihiko
Los japoneses adultos consideran que hoy en día kawaii es una palabra muy útil. Si no se nos permitiera emplearla, nos encontraríamos muy incómodos.
A veces un adulto ha de decir algo bueno respecto a alguna cosa, incluso si se trata, por ejemplo, de la corbata chillona que el jefe estrena hoy, o de un par de cortinas horribles que un amigo acaba de colgar. No podemos esforzarnos en decir: “Vaya, es realmente bonito”, o “Tiene buen ojo para elegir”. Pero, podemos ser positivos sin comprometernos, decir que es “kawaii ” simplemente para indicar que nos parece encantador. Por ejemplo, si un colega o la pareja de uno da un grito de sorpresa y se siente avergonzado, ese es un momento adecuado para decirles que ellos están siendo kawaii.
Kawaii es una palabra práctica para diferentes situaciones porque su significado tiene muchas aplicaciones. Se puede aludir vagamente a los valores estéticos y al mismo tiempo simpatizar con la persona y desearle lo mejor. Para los japoneses adultos constituye la mayor prioridad que las relaciones fluyan bien, y para este propósito la palabra kawaii es un instrumento perfecto.
Además, la persona a quien se le dice que es kawaii también se beneficia. En este país las jóvenes suelen decirles a sus jefes y a hombres de mediana edad que su aspecto, sus gestos o sus pertenencias son kawaii. Si nos paramos a pensarlo, no es ningún piropo, pero nadie piensa eso ni se enfada. Al decirlo no se está expresando en absoluto una opinión sino simplemente un sentimiento de simpatía e interés. Las relaciones humanas se benefician y nadie siente la necesidad de expresar acuerdo o desacuerdo.
Supongo que los adultos continuaremos utilizando kawaii para mantener la armonía en las relaciones humanas. La palabra puede parecer extraña, incluso irritante. Pero confío en que se vean sus beneficios y quizá incluso se piense que la propia palabra es graciosa.