NIPPONIA No. 40 15 de Marzo, 2007

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Reportaje Especialsp_star.gifEl mundo de las cosas monas o kawaii

Los inicios del fenómeno kawaii

Izquierda: Un cartel de gatitos nameneko utilizado recientemente por el Gobierno Metropolitano de Tokio en una campaña contra las bandas de motoristas.
Derecha: En la década de 1980, los gatitos vestidos como miembros de una banda de gamberros en moto fueron un gran éxito. Se les llamó nameneko. (Crédito de la foto: el diario Mainichi Shimbun).

Ishihara: Entonces, ¿cuándo empezó la gente a desinhibirse y utilizar “kawaii ”?

Obata: Yo diría que fue en la época del éxito de los nameneko en 1980. Las bandas de gamberros boso-zoku4 estaban a toda hora en las noticias por aquel entonces. A sus novias les gustaban los estilos llamativos, algo desagradables; pero, como eran chicas, también les gustaban las cosas monas. Les pareció que eran muy monos los gatitos nameneko, que iban vestidos como sus novios. Y si alguno de ellos no hubiera estado de acuerdo con ese concepto de lo que era bonito y gracioso, hubiera corrido el riesgo de quedarse sin novia. Así que los muchachos comenzaron a emplear kawaii también.

Ishihara: ¡Fue entonces cuando el uso de la palabra ‘kawaii ’ se extendió!

Obata: En diciembre de 1983 una revista femenina lanzó un artículo especial titulado “Consigue una cita para salir con él en Navidad”. El columnista Horii Ken-ichiro ha explicado con acierto que hasta entonces las revistas normalmente ignoraban la Navidad. Pero aquel artículo hizo brillar una nueva moda que incluso algunas revistas masculinas recogieron. La novedad social consistía en destacar que los hombres debían asumir lo que sus novias querían, lo cual significaba entrar en un mundo donde lo kawaii era importante.

Ishihara: Entonces fue cuando las estudiantes universitarias y las nuevas empleadas de las empresas introdujeron las tres palabras: ‘¡Uso!’, ‘¿Honto?’ y ‘¡Kawaii! ’ (‘¡No puede ser!’, ‘¿De verdad?’ y ‘¡Qué mono!’). Se las llamó humorísticamente las san go zoku (fans de las tres palabras). Recuerdo bien a una universidad femenina en Tokio tratando de prohibir el uso de la palabra “kawaii ” en el campus.

Obata: Ciertamente, el fenómeno kawaii aterrizó entre los jóvenes entre 1983 y 1984. Pronto las empresas se dieron cuenta de que los productos encantadores venden.

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La magia de una palabra

Ishihara: Suele haber razones inconscientes al emplear la palabra kawaii: es una manera fácil de mostrar aprobación, de aparecer joven y moderno, y de negar el paso de los años. Quizá por eso se dice tanto.

Obata: En este país, si uno dice que algo es mono, todos estarán de acuerdo.

Ishihara: Pues sí, la verdad es que kawaii es una palabra útil. Si uno dice que algo es hermoso, corre el riesgo de que otro no esté de acuerdo. Sin embargo, kawaii no tiene connotaciones estéticas que la gente discuta, incluso aunque no vean dónde está lo gracioso.

Obata: Desde luego que sí, nadie contradice a otro respecto a los productos monos, que ciertamente se venden muy bien en esta época de prosperidad.

Kanno: El bienestar económico ha posibilitado que casi todos los consumidores compren el mismo tipo de productos. La diferencia está en el diseño, en hasta qué punto es encantador. Por eso, las empresas han lanzado aparatos eléctricos decorados, digamos, con flores, y coches diseñados para atraer a las mujeres.

Ishihara: Sí, hacia 1987 los coches monos como el Nissan Be-1 causaron sensación. Algunos productos que antes se fabricaban sin gran consideración hacia la estética adquirieron un valor añadido al convertirse en bonitos.

Obata: Así pues, para los fabricantes producir objetos más bonitos o graciosos los hace más competitivos. El elogio de afirmar que algo es encantador ha otorgado a la palabra kawaii un poder mágico. Otro aspecto interesante de ese adjetivo es combinarlo con prefijos, como erokawaii5 o kimokawaii6. Tal como van las cosas, podrían desarrollarse otras combinaciones parecidas. Sí, tan lejos ha llegado el fenómeno en Japón, la tierra con lo último de lo último en cosas kawaii.

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El coche Be-1 vendido en 1987. El aspecto curvilíneo fue una de las razones para su exitosa venta. (Crédito de la foto: Nissan Motor Co., Ltd.)


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