La gente de Nagoya es especialmente aficionada a las gambas y están convencidos de que cuando las eligen para freírlas empanizadas cuanto mayores mejor. En la foto se muestra la variedad Tigre Negro (de unos 15 cm de longitud).

Se mezcla arroz con pequeños trozos de anguila y después se sirve coronándolo con trozos generosos de tamaño grande. Se sirve en un recipiente llamado o-hitsu, de donde proviene parte del nombre del plato (centro). La comida se divide en tres fases, siguiendo este orden: primero, ponga un poco de mezcla de arroz y anguila en un bol de arroz (inferior izquierda) y comience a comer; después, añada algún condimento, como cebolletas y/o wasabi (pasta de rábano japonés muy picante) y coma un poco más, y finalmente, añada un poco más de condimento y vierta un poco de té verde.

En un principio la receta era italiana, pero después se transformó en algo original, probablemente gracias a los chefs de Nagoya. Se cuecen a fuego lento en el caldo los vegetales y la carne, después se le añade fécula de patata para espesar la salsa. Esta salsa se verterá sobre los gruesos espaguetis. Muchos restaurantes de Nagoya están especializados en este plato, aunque pueden variar los ingredientes.

Harina de arroz, azúcar y agua mezcladas para formar una pasta y después cocerla. El uiro es dulce y ligero y tiene una textura empalagosa, como el pastel de arroz mochi. Aunque se cocina en todo Japón, el de Nagoya es especialmente famoso. Son perfectos, como dulce refinado, para la ceremonia del té, por ello es normal que Nagoya, donde ha sido practicada la ceremonia a partir del siglo XVI tenga mucha tradición de tiendas de dulces. La variedad blanca está aderezada sólo con azúcar, la rosa con un toque de cereza y la verde con polvo de té verde.

Un artículo algo extraño que seguro se encontrará en los menús de los kissaten (cafés) que atraen a muchos aficionados de Nagoya. Está hecho con tostadas de pan, untadas con mantequilla y después servidas en sandwich con pasta de judías dulces azuki en su interior.