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NIPPONIA No.21 15 de Junio, 2002
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Reportaje Especial*
Un Día en la Vida de un Pescador
Capturando Anguila Marina en la Bahía de Tokio
Las aguas japonesas son ricas en variedad de pescados, habiéndose desarrollado muchas técnicas para su captura. En este artículo, conoceremos a un pescador que extiende sus aparejos en la bahía, justo al lado de la metrópoli de Tokio.
Texto: Takahashi Hidemine, Fotos: Takano Akira
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La Bahía de Tokio se refugia en las penínsulas de Boso y Miura. Enfrente, se extienden Tokio, Yokohama y otros centros metropolitanos. La bahía también cuenta con la zona industrial más grande del mundo, con muchos puertos establecidos aquí y que unen Japón con otros países. La bahía se abre al Océano Pacífico y hasta mediados del siglo 19 fue un importante centro pesquero, proporcionando grandes cantidades de pescado fresco a la cercana ciudad de Edo (actual Tokio). Incluso hoy en día, sus aguas están habitadas por una gran variedad de pescados y mariscos. Entre otros notables ejemplos, se encuentra el haze (gobio), suzuki (róbalo), kohada (sábalo), kisu (Sillago sihama) y shako (cangrejo mantis). Aún se utilizan variadas formas de capturarlos.
El Aeropuerto de Haneda se encuentra frente la bahía. Ito Toshitsugu, es un pescador de 67 años que vive justo ahí, en la ciudad de Ota, Tokio. Comenzó a salir en barco de pesca desde los 15 años, siguiendo los pasos de su padre y de su abuelo. El captura almejas asari en verano, lenguado en invierno y anguila marina durante todo el año.
La anguila de mar es en realidad un pez largo y delgado como la anguila de agua dulce. Su nombre en japonés es anago, que viene de ana-no-ko (habitante en agujeros). Les gustan los agujeros en el lecho marino durante el día duermen en ellos y durante la noche sacan su cabeza para comer. Se les puede atrapar mediante una serie de trampas que imitan su medioambiente favorito.
A las 10 de la mañana, Ito activa sus trampas en un embarcadero cerca de su casa. Las trampas, llamadas anago-zutsu, son básicamente tubos de plástico de 10 cm de diámetro con muchos agujeros para que puedan escapar las crías. Como cebo coloca en su interior sardinas congeladas y pone un dispositivo en forma de cono en un extremo de cada trampa. El cono guía a las anguilas y en la medida en que se estrecha, quedan atrapadas en su interior. Va a depositar las trampas en el fondo de la bahía después, por la noche, las anguilas marinas huelen las sardinas y se encuentran con su destino. El pescador elabora a mano todas sus trampas, por lo que hay sutiles diferencias entre ellas. ![](../../../common/images/mark_ni.gif)
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Ito Toshitsugu lleva medio siglo pescando. Vive cerca del Aeropuerto de Haneda con su esposa y su madre.
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Se rompe el cebo de sardina congelada para que deje surgir parte de su aceite y olor, después se coloca en las trampas. Uno de los extremos del tubo de la trampa (centro) está tapado y el otro se cierra con un dispositivo en forma de cono que lleva un agujero en el punto (derecha). Las anguilas de mar son atraídas por el olor de la sardina y entran en el agujero de la trampa, sólo para darse cuenta de que no puede salir.
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