Hace unos cinco años, en las dársenas de la Bahía de Tokio tomó cuerpo un importante proyecto de recuperación de terrenos. En el lugar, creció un centro urbano llamado Odaiba, con gran cantidad de atracciones para el ocio. Una de las atracciones que llaman más la atención es una noria, que se eleva hasta 115 metros de altura. Casi desde que comenzó a funcionar, en marzo de 1999, este ingenio consiguió la categoría de punto de referencia. Durante un tiempo, fue la noria más grande del mundo.

La noria fue diseñada por una compañía que también fabrica barcos, la Corporación Sanoyas Hishino Meisho. Esta empresa ha construido alrededor de 100 norias de todas las dimensiones, exportando alguna de ellas a otros países de Asia.

Abe Kazunori, trabaja en el Departamento de Diseño del Grupo Comercial del Ocio, de la compañía. El nos dice que durante los últimos años la compañía ha recibido numerosos encargos de clientes japoneses, que buscan grandes norias. “Los pedidos no vienen a menudo de parques de diversiones, sino que de forma progresiva los constructores desean instalarlas en el medio de un centro urbano. Un buen ejemplo de ello es la “Rueda Maravillosa” que instalamos en la azotea de un edificio de oficinas en Osaka. Pesa unas 56 toneladas y parece elevarse hasta el cielo, por lo que nuestra primera consideración fue lograr que se mantuviera bien segura incluso durante un terremoto o una galerna. La etapa de diseño duró más de cuatro años.”

La rueda viene equipada con un mecanismo singular para prevenir que se meza con el viento. Los que suben en ella se sienten bien y tan seguros como esperaban. Otro resultado de la avanzada tecnología de la que la compañía se siente orgullosa.