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NIPPONIA No.33 15 de Junio, 2005 |
Reportaje Especial*
Tecnología para el Rescate Prepararse
para el Próximo Desastre Natural
Terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas la naturaleza muestra su capacidad destructiva en cada momento y los humanos nos damos cuenta hasta que punto estamos desprotegidos. No obstante, podemos utilizar nuestra inteligencia y experiencia para prepararnos para el próximo desastre. ¿Qué debe hacerse antes y después de un desastre? En estas páginas examinaremos algunas de las medidas que se están tomando en la actualidad, así como lo último en tecnología para salvar vidas y prevenir los efectos destructores.
Texto: Takahashi Koki, Torikai Shin-ichi
Fotos: Sakai Nobuhiko y Ogawa Hiroyuki
Ilustraciones y otras fotos: Cortesía del diario Mainichi Shimbun Co., JAMSTEC y Nitto Craft.
Desarrollando el sistema más avanzado del mundo en detección de tsunamis
Capacidad destructiva del tsunami y medidas tomadas en Japón
A lo largo de los siglos la tierra japonesa ha sido golpeada muchas veces por poderosos tsunamis. En 1771, un tsunami local, estimado en olas de 85 metros de altura, batió las Islas Yaeyama en la parte más occidental de Japón, causando la muerte a más de 12.000 personas. En 1896, un tsunami con una altura estimada en 24,4 metros arrastró a más de 22.000 personas en la región de Sanriku, a lo largo de las costas en el Océano Pacífico de la parte nororiental de Honshu. En épocas más recientes, un terremoto golpeó las costas de Chile en 1960 generando un tsunami que mató a 140 personas en Japón, y en 1983 otro seísmo bajo la zona central del Mar de Japón impulsó una ola sobre el noreste de Honshu, matando a 100 personas.
El número de tsunamis que han golpeado Japón es tan grande que sería dificultoso citarlos aquí, pero uno de ellos se grabó en la memoria hace 12 años tras un terremoto que sacudió las costas del sudoeste de Hokkaido. El tsunami gigante (altura máxima de 29 metros) golpeó las proximidades de la Isla Okushiri apenas tres o cinco minutos más tarde, arrasando las viviendas en el extremo sur de la isla. Ocurrió sobre las 10 de la noche, cuando mucha gente se encontraba en la cama y más de 200 fueron arrastrados al mar y se ahogaron (ver páginas anterior).
El método más seguro para prevenir la destrucción sería construir barreras en el mar más altas que las máximas alturas esperadas en un tsunami. Estas barreras necesitarían puertas en las desembocaduras de los ríos, así como en otros lugares, para permitir el paso de los barcos. Las puertas deberían poderse cerrar rápidamente antes de que llegara el tsunami. Claro que esto no es muy práctico en un archipiélago rodeado de costas. Barreras de este tipo con puertas que se abren y cierran automáticamente están siendo construidas sólo en las zonas costeras donde existe más probabilidad de que suceda el tsunami. En algunos lugares su construcción se ha aplazado hasta una futura fecha y entre tanto se construyen torres de evacuación y casas de dos pisos para que se pueda alojar la gente en zonas elevadas. Recientemente también se ha propuesto la construcción de rompeolas con puertas que se cierran cuando el nivel del mar sube. Esto ofrece instalaciones de bajo coste y se consideran viables para la protección de muelles y áreas en las bahías con embocaduras estrechas.
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