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NIPPONIA No.32 15 de Marzo de 2005
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Reportaje Especial*
La Enorme Variedad de Cerámicas de Japón
Se dice que la cerámica japonesa abarca la mayor variedad de técnicas y estilos de todo el mundo, y en cualquier mesa - tanto en cerámica como en porcelana - se encuentra representada en diversas formas y colores decorativos.
La cerámica puede clasificarse en tres grupos: (1) de gres, con una textura de barro única y excelentemente representada por los artículos de Bizen, Shigaraki, Echizen y Tokoname. (2) Alfarería, con su gran variedad de barnices y toque templado de barro, famosa por los artículos de Oribe y Mino para la ceremonia del té, los artículos rústicos de Mashiko y los objetos con reminiscencias del arte coreano de Karatsu y Hagi. Y, finalmente, (3) la porcelana, como los objetos de Imari, conocida por su uso efectivo de fondos blancos, así como los artículos de Kutani, con su deslumbrante colorido cubriendo la superficie. Sea de donde fuere, la técnica japonesa o los hornos, la cerámica de Japón ha destacado durante siglos.
¿Por qué hemos establecido una gran variedad en esos grupos? Para responder a esta pregunta, debemos aproximarnos a la asociación entre cerámica y ceremonia del té.
Los ideales de simplicidad y tranquilidad caracterizan la ceremonia del té y encuentran su máxima expresión durante el periodo Momoyama (finales del siglo XVI). Estos ideales, una novedad en aquellos tiempos, quedan resumidos en la palabra wabi, que significa sencillez de paladar y belleza tranquila. Los maestros del té deseaban que sus utensilios expresaran el espíritu wabi y mostraran su originalidad, por lo que ejercieron su influencia en los artesanos solicitándoles tazón y utensilios con esas características.
La extraordinaria energía creativa y artística del periodo Momoyama hizo renacer la cerámica japonesa. Esto se puede comprobar en los objetos de Seto-guro, con sus tonos en negro crudo, obtenidos sacando la cerámica del horno durante el proceso de cocimiento; los objetos de Kiseto, caracterizados por su energía emotiva refulgente, los artículos de Oribe, con sus fantasiosas decoraciones hechas en barniz verde y ferruginoso, y las austeros y exentos de pretensiones objetos de Shino.
Los practicantes de la ceremonia del té utilizan con frecuencia algún nombre para personalizar los utensilios más queridos, como una taza de té, un jarrón, recipientes para el agua o el incienso, etc. El dar nombre a un utensilio de cerámica y aportarle su propio espíritu, probablemente no ocurra en ningún otro país, lo que muestra la profundidad con la que los japoneses se acercan a la cerámica.
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Izquierda: Pote amplio de gres con barniz natural de cerámica Tokoname. Es del siglo XII.
Tiene una altura de 33,1 cm. Encontrado por los arqueólogos en Asaka, Prefectura de Saitama. Propiedad del Museo Nacional de Tokio. Derecha: Objeto representando a un animal guardián Komainu, de cerámica Seto. Barnizado con ceniza de los siglos XIV o XV. Altura: 18,0 cm. Propiedad del Museo de Cerámica de la Prefectura de Aichi. |
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Tasa de té de Kuroraku, hecha por Chojiro, con la inscripción Suehiro. Siglo XVI.
Altura: 8,6 cm. Propiedad del Museo Nacional de Tokio. |
Quemador de incienso de cerámica Seto (Kiseto), con diseño de león. Siglo XVI. Altura: 10,1 cm. Diámetro del borde: 8,1 cm. Propiedad de la Sala Memorial de Umezawa.
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Plato grande de cerámica Karatsu, sabie soka mon. Siglo XVI o XVII. Altura 12,2 cm. Diámetro superior: 36,5 cm e inferior: 10,3 cm. Propiedad del Museo Nacional de Tokio.
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