Vivir en Japón
Sus Canciones Disipan Obstáculos y Fronteras
Jadranka Stojakovic
Texto: Takahashi Hidemine
Fotos: Akagi Koichi
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Jadranka Stojakovic con su saz, su compañero de actuación durante muchos años. El saz es un instrumento tradicional que se dice originario de Persia.
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Jadranka canta diferentes tipos de música en cada concierto, incluyendo canciones de su nativo Sarajevo.
(Foto cortesía de: U-LEAG Records)
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CDs y libros de Jadranka, en venta en Japón. Sus CDs incluyen canciones escritas por ella misma, así como canciones pop japonesas.
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Su voz flota en la sala de conciertos, creando una suerte de magia entre la audiencia. La canción que interpreta se llama haiku. Se trata de un haiku, poema corto japonés que ella revitaliza mediante la canción. Gracias a ella la gente puede apreciar la belleza sencilla del haiku, algo que dejaron de hacer muchos japoneses.
Jadranka Stojakovic nació en Sarajevo hace 54 años, en lo que hoy es Bosnia - Herzegovina. Entró a formar parte del grupo de jazz de su tío cuando contaba 16 años y actuó en muchos lugares de Europa. Cuando se celebraron en Sarajevo los Juegos Olímpicos de Invierno, en 1984, fue ella la que cantó el himno oficial de los Juegos. Por aquel tiempo recibió el premio a la mejor artista de Yugoslavia. Se encontraba entre la elite de los músicos y cantautores.
La primera vez que leí un haiku estaba en la secundaria. Mi madre me regaló un libro de láminas de ukiyo-e, de Ando Hiroshige. Las láminas estaban ilustradas con poemas haiku y cuando los leía su ritmo me evocaba constantemente imágenes en mi mente - el tipo de imágenes que se ven en el cine. Los poemas eran sencillos, pero poderosos. Fue entonces cuando Japón comenzó a llamar en mi corazón. Y aún continúa...
Cuando vino por primera vez a Japón en 1984, lo hizo como invitada de un festival de música. Volvió a Yugoslavia y cuatro años más tarde regresó para cumplir algunos contratos y grabaciones. Durante su estancia en Japón se recrudeció la guerra civil en su país, haciendo imposible su vuelta a casa. Desde entonces, hace 15 años, vive en Japón y nos confiesa que lo único que han tenido de bueno esos años tan oscuros ha sido el darse cuenta de que podía establecer una nueva vida en este país.
Nos sonríe cuando nos dice: Los japoneses son muy amables. En los transportes públicos esperan pacientemente su turno. También tienen cuidado de no pelearse. Por otra parte, la tecnología moderna ha creado todo tipo de comodidades; sin embargo, la gente sigue manteniendo vivas las canciones folklóricas y otras tradiciones. Y es eso precisamente lo que me fascina: el equilibrio entre la vida moderna y la tradicional.
Asegura que su parte más difícil de vivir en Japón fue la lengua, especialmente los caracteres kanjis que se utilizan en la escritura. Solía aprender algunos kanjis un día y olvidarlos al día siguiente. Pero sus vecinos la animan.
A menudo me decían sumimasen y al principio creía que era un solo lo siento, pero ya sé que no es así. La palabra indica normalmente que tu interlocutor aprecia tus sentimientos. La forma japonesa de comunicarse teniendo consideración por la persona que tienes enfrente hizo posible el que me sintiera a gusto en Japón.
En sus conciertos, además de los haiku, Jadranka canta canciones de gratos recuerdos para los japoneses, como Ue wo Muite Aruko (Sukiyaki, en su título en inglés)
Cuando interpreto una canción japonesa parece como si el océano surcara mis ojos y me siento como si estuviera paseando por la playa. Yo crecí en Dubrovnik, una ciudad del Adriático, en la actual Croacia. Japón está rodeado de mar, por lo que ambos lugares tienen mucho en común.
Jadranka vive sola en un condominio de Tokio. Últimamente, su trabajo la ha llevado aquí y allá, incluyendo las melodías publicitarias en TV. Para mantenerse en forma suele correr en los días libres.
Me gustaría seguir cantando hasta que mi voz me diga: ¡ya! Las canciones son mi vida. Por eso, deseo transmitirlo en el escenario y el público me da energías. ¿Qué hay mejor que eso?.
Las emociones que se esconden tras una canción son universales - Ese es el mensaje que Jadranka quiere transmitir; un mensaje que es perfectamente recibido por los japoneses cuando escuchan su voz clara y melodiosa. ![](../../../common/images/mark_ni.gif)
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