Mt. Head (Atama Yama, en japonés), dirigido y animado por Yamamura Koji, fue nominado al Oscar al mejor film de animación en la 75 edición de los Premios de la Academia en 2003. Obtuvo galardones en gran número de países, incluyendo el Gran Premio de Annecy de cortometrajes en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, en Francia. Este festival es el mayor y más antiguo de su género en el mundo.

Yamamura comenzó a hacer cine de animación cuando se encontraba en el instituto y, tras graduarse de la Universidad Zokei de Tokio, se dedicó principalmente a cortos de animación para niños. Mt Head ha sido aclamado en muchos países y divierte tanto a niños como adultos.

La historia original procede de rakugo (monólogo tradicional japonés de cómic representado en escena), del que Yamamura ha confesado que comenzó a interesarse por él desde que estaba en la enseñanza elemental. La historia, llamada Atama Yama, es un puro sinsentido. Un hombre avaro se traga los pipos de las cerezas en lugar de tirarlos y uno de ellos comenzó a crecer en su cabeza. El árbol empezó a crecer y cuando floreció fue atrayendo la algarabía de la gente. El personaje se enfada y arranca el árbol, pero pronto en el lugar de las raíces surge un estanque y más gente acude a remar y a pescar. Llega un momento en que el avaro está tan aburrido de esa situación que se tira él mismo en el lago.

Yamamura hizo una versión moderna de la historia. Realizó él mismo casi todos los dibujos - más de 10.000 imágenes en total. Su corto de 10 minutos de duración se acompaña de una canción interpretada en un instrumento tradicional, el shamisen. Los dibujos están hechos a mano y un ligero efecto de vibración le añade una peculiar calidez al film; algo que no hubiera podido conseguirse con gráficos de computadora, que es la actual tendencia en animación.

Yamamura nos comenta que “la técnica para hacer imágenes parece impresionar a los espectadores más que la historia y tiene un gran poder de seducción. En los filmes de larga duración el guión es considerado importante, pero en los cortometrajes el toque artístico es vital”.

Insiste en calificar su trabajo de animación no de anime: “En los países anglo hablantes toda la animación japonesa de tipo manga es denominada anime. Sin embargo, animación puede ser mucho más que un manga en formato de película - podemos emplear una gran variedad de técnicas, manipular muñecos, modelar arcilla, elaborar figuras recortadas y mucho más. Esas técnicas le han añadido un sentido a muchos filmes de animación. En Japón es común denominar anime, manteniendo la forma abreviada, pero yo prefiero animación en el amplio sentido de la palabra, que significa “dar vida a algo”. Por eso no me gusta que a mis películas las califiquen de anime”.

La mirada de Yamamura refulge cuando nos dice: “Mi objetivo es seguir haciendo cortometrajes animados de gran contenido artístico”.