Japón por Dentro Hiraizumi
La colina Takadachi es un lugar de recuerdo y homenaje a Yoshitsune. Uno puede sentir la expectación mientras sube por la empinada pendiente (hay escalones de piedra para facilitar la subida). Se dice que la cima ofrece una vista extraordinaria de Hiraizumi y sus alrededores.
Siga subiendo y de repente aparecerá un gran panorama ante sus ojos. Es magnífico, con la silueta suave del monte Tabashine en la distancia y el río Kitakami abajo. En 1689 el inmortal poeta Matsuo Basho visitó el lugar y admiró las mismas características topográficas. Escribió este famoso haiku pensando en el ascenso y la caída del clan Oshu Fujiwara y el trágico final de Yoshitsune:
Natsukusa ya / tsuwamono domo ga / yume no ato.
La hierba espesa del verano / es todo lo que ahora queda de / las ambiciones del caudillo.
Al bajar de la colina, se puede visitar el taller y tienda Ochi-ya, junto a la Autopista Nacional No. 4, donde decoran objetos lacados con el método hidehira-nuri local. Tienen una gran variedad de artículos: desde preciosos cuencos hidehira-wan con matices en negro, escarlata y dorado hasta tazas de sake sakazuki, palillos para comer y otros objetos a precios razonables, ideales para llevárselos de recuerdo.
El restaurante Ekimae Basho-kan, cerca de la estación, permite disfrutar de la cocina local en cuencos de ese tipo. Le servirán un total de 24 con fideos caseros de alforfón (hiraizumi wanko soba) y una variedad de ingredientes para degustar.
Después de una buena comida la siguiente parada a 10 minutos andando es un jardín fantástico en el complejo del templo Motsu-ji. En otra época estuvo compuesto por 40 edificios que servían de templo y monasterio a más de quinientos monjes. Era una institución grandiosa, más espléndida incluso que el templo Chuson-ji, y se construyó durante el dominio del segundo y tercer gobernador Fujiwara, Motohira y Hidehira respectivamente. Ha sufrido varios incendios; en la actualidad sólo queda el jardín ceremonial. Con su estanque ornamental, Oizumi ga Ike, el jardín recrea una escena de la “Tierra Pura” budista, que la gente todavía considera relajante para el alma.
También hay varias ruinas cercanas para explorar, sobre todo en los parajes de Kanjizaioin (que una vez fue un templo con jardín ceremonial) y de Muryokoin, construido al estilo del templo Byodo-in de Uji, cerca de Kioto.
Otro lugar de interés, a 5,5 km de Motsu-ji, es un santuario budista llamado Takkoku no Iwaya Bishamon-do, que es una cueva excavada en un precipicio rocoso muy anterior a la época de los Fujiwara.
Arriba: El estanque helado de Oizumi ga Ike en el paraje del antiguo templo Motsu-ji. El jardín histórico es un precioso ejemplo de los jardines ceremoniales diseñados en los siglos XII y XIII para plasmar la idea budista del paraíso.
A la izquierda: La sala principal del actual templo Motsu-ji, reconstruido en 1989.
Arriba: En Ekimae Basho-kan se pueden comer fideos de alforfón hiraizumi wanko. Los condimentos y aliños están pensados para el paladar: atún, ñame, huevas de salmón, copos de bonito seco, algas nori, cebolla verde…. Muchos clientes piden otra ración.
Derecha superior: Un artesano adhiere pan de oro a un objeto lacado, en el estilo hidehira-nuri.
Derecha: Cuencos de laca decorados al estilo hidehira-nuri, con rombos de pan de oro que figuran ser plantas en flor, en la línea de la mejor tradición cultural de Hiraizumi.
Cuando el líder militar Sakanoue no Tamuramaro conquistó esta zona en 801, construyó el Takkoku no Iwaya Bishamon-do para dar las gracias por la intervención de Buda. Se dice que está inspirado en el templo Kiyomizu-dera de Kioto. (Arriba derecha)
A su lado se talló una imagen budista magai butsu (arriba izquierda) en la roca.