Japón por Dentro Hiraizumi
El gran río Kitakami fluye de norte a sur por la prefectura de Iwate, en el norte de Honshu. En la orilla oeste se encuentra Hiraizumi, la ciudad que sirvió de fortaleza a cuatro generaciones del clan de guerreros Oshu Fujiwara, que controlaron la Oshu histórica (ahora región de Tohoku) desde finales del siglo XI hasta finales del XII.
El clan dejó la capital (Kioto) para trasladarse a Hiraizumi, llevando al norte su cultura. Construyeron templos espléndidos y jardines ceremoniales, y convirtieron a Hiraizumi en un importante centro urbano budista. La zona era rica en oro en aquellos tiempos, por lo que emplearon grandes cantidades en el ornato de los templos y las estatuas budistas, dándoles ese brillo deslumbrante que sólo se consigue con el oro.
¿Por qué no investigamos primero la historia y la cultura del lugar una vez en la estación de JR Hiraizumi? El templo Chuson-ji es un símbolo de los viejos tiempos del oro. Suba la colina por el camino llamado Tsukimi-zaka, más allá de unos cedros enormes. Verá varias edificaciones religiosas relevantes.
El atractivo principal de Chuson-ji es la sala Konjiki-do. Otra estructura de estilo budista la cubre y protege de los elementos. Al entrar verá la sala de oro cuyo exterior está recubierto con pan de oro. Es impresionante, al igual que su interior de altares y columnas decoradas con oro, laca y madreperla.
El santuario tiene 33 estatuas, de las cuales la más importante es un buda Amida Nyorai sentado. Bajo las estatuas están enterrados los cuatro gobernadores Fujiwara. La sala Konjiki-do representa la “Tierra de la Dicha Perfecta”, una concepción budista en el que el dolor y el sufrimiento no existen. El creador de la sala fue Kiyohira, el primer gobernador Fujiwara, que hizo construir las partes principales del templo.
Después vuelva hacia la estación y pare en el monumento Takadachi Gikei-do, donde murió otro comandante de la época. Se llamaba Minamoto no Yoshitsune, y es un héroe para los japoneses, quizá por su historia trágica. Se enfrentó a su hermanastro mayor, Yoritomo, fundador del sogunato de Kamakura. Tuvo que huir, refugiándose en Hiraizumi con permiso de Hidehira, el tercer gobernador Fujiwara. Sin embargo, el hijo del gobernador apoyaba al hermanastro y mató a Yoshitsune. Pero esto no fue suficiente para satisfacer a Yoritomo, cuyo ejército se enfrentó y venció al clan Fujiwara en 1189 arrebatándoles el poder.