Durante un tiempo parecía que el zoo de Asahiyama tendría que cerrar sus puertas debido a la caída en picado del número de visitantes. Pero entonces se recuperó y el número de visitantes se disparó. El zoo está en la ciudad de Asahikawa (población de 360.000 habitantes), cerca del centro de Hokkaido, a 43°46´ latitud norte, lo que lo convierte en el zoo más al norte de Japón. ¿Qué tipo de magia convirtió a este zoológico municipal en un imán turístico para los japoneses y el mundo?
Texto: Sanada Kuniko Fotos: Sugawara Chiyoshi
Los pingüinos rey desfilan tan cerca que sus admiradores podrían tocarlos. Líneas rojas en la nieve marcan la ruta que siguen por el zoo. Se les pide a los visitantes que no crucen estas líneas para evitar asustarlos. Estos desfiles tienen lugar sólo cuando el suelo está cubierto de nieve en invierno.
Exclamaciones como “¡Son tan monos!” y “Mira, ¡están desfilando!” se oyen a menudo entre la multitud entusiasmada sobre la nieve compacta. La gente se amontona a los dos lados del camino cuando los pingüinos rey pasan en fila arrastrando los pies, a veces dejándose caer en la nieve para luego levantarse y continuar avanzando trabajosamente. Los visitantes y los pingüinos están cerca, sin valla o cuerda para separarlos. Esta es la marcha invernal de los pingüinos en el zoo de Asahiyama.
Su paso se asemeja de manera sorprendente al de un desfile, tanto que la primera vez que los vea pensará que han sido entrenados para ello. Pero no, los pingüinos rey se relacionan los unos con los otros en grupos grandes, y caminan juntos distancias largas para alimentarse. Al parecer el zoo comenzó a dejarles desfilar de esta manera para mantenerlos activos en invierno.
Este es uno de los “espectáculos de vida salvaje” que hacen destacar al zoo de Asahiyama. Los animales hacen una buena exhibición, actuando como lo harían en su hábitat natural.