Japón se mueve segundo a segundo hacia la terminación del Chikyu en julio de 2005, el barco que taladrará las profundidades marinas con el fin de recoger muestras de rocas. Su taladradora permitirá aumentar la profundidad en el lecho marino unos 2.500 metros y después taladrar 7.000 metros más. Las dimensiones del Chikyu son impresionantes: longitud, 210 metros; anchura, 38 metros y un desplazamiento total de 57.500 tonelados. Su construcción costará unos 60.000 millones de yenes. En la mitad del barco se encuentra la taladradora con una altura de 121 metros por encima de la superficie del mar, rodeada por grúas. El barco también cuenta con un gran helipuerto en la proa.

La idea de construir un navío con capacidad de horadar el lecho marino fue del Dr. Taira Akihiko, Director General del Centro de Exploraciones Profundas de la Tierra, que operará el navío Chikyu. Él mismo nos lo explica: “Si comenzamos a taladrar a 2.500 metros de profundidad y lo aumentamos 7.000 metros más seremos capaces de alcanzar la frontera entre la placa tectónica y el manto de la tierra. De tener éxito alcanzaremos el manto bajo el océano, algo que no se ha conseguido hasta ahora, y al obtener y analizar muestras de rocas de la placa tectónica y del manto nos ayudará a comprender los movimientos de la corteza, así como ciertos procesos que tienen implicaciones en el cambio climático”.

La posibilidad más interesante es que podremos ser capaces por fin de comprender los mecanismos en la placa que producen los terremotos de magnitud 8. “En principio asumimos que una causa para los grandes terremotos es la liberación de energía generada debido a que la fricción temporal impide a una placa tectónica descender relativamente hacia otra. Lo interesante es que en algunos lugares, como en la Fosa de las Marianas en Filipinas, el descenso sucede con cualquier sacudida importante. Si conseguimos obtener muestras de rocas de ahí tendremos la evidencia física del por qué los terremotos no ocurren en lugares en los que en principio se espera que ocurran”.

Sabiendo por qué los grandes terremotos ocurren nos ayudará a predecirlos e incluso algún día a prevenirlos. “Si taladramos por debajo de la corteza e instalamos sensores detectaremos los movimientos sísmicos en el propio epicentro o al menos muy cerca. Los sensores detectarán estos movimientos en el epicentro y nos informarán permitiéndonos un intervalo de 20 a 30 segundos para enviar una alarma antes de que una gran ola golpee una ciudad. No es mucho, por supuesto, pero le daría suficiente tiempo a la gente para apagar el gas y meterse bajo la mesa para protegerse. Esto reduciría drásticamente el número de pérdidas humanas”.

Hasta ahora la perforación más profunda bajo el mar ha sido de 2.111 metros. La perforadora del Chikyu aumentará esto en 7.000 metros gracias a una nueva tecnología de taladrado que utiliza un líquido especial a altas presiones a través del tubo para evitar el colapso del agujero taladrado.

En 2006, el Chikyu dotado con gran número de tecnologías innovadoras comenzará sus trabajos perforando por debajo de los 3.000 metros en las aguas exteriores de la Península de Shimokita, al norte de Japón. Se prevé que el Programa Japonés de Taladrado Oceánico del Siglo XXI (OD21) se una al proyecto internacional, Programa de Taladrado Oceánico Integrado (IODP), para promover en 2010 taladrados submarinos en diferentes partes del mundo. Uno de los objetivos es desarrollar la tecnología de taladrado de tal manera que seamos capaces finalmente de aumentar la profundidad bajo el mar en unos 4.000 metros y después taladrar unos 8.000 metros más dentro de la corteza terrestre.