Además de Myoshin-ji, visité algunos antiguos y maravillosos templos de Zen que se encuentran esparcidos por todo Kioto. Las poderosas puertas-torre de Nanzen-ji y la tranquilidad del estanque en Tenryu-ji permanecerán por sí mismas en mis recuerdos. Ryogen-in y sus jardines, que parecen hablarnos del universo o del Zen, son igualmente inolvidables. Los detalles, los olores, la atmósfera, el dolor. La experiencia de Zen va más allá de las palabras. Se lo recomiendo vivamente a cualquiera que desee llegar hasta el corazón de la cultura japonesa en Kioto.