Reportaje Especial*
En Busca de los Orígenes de la Animación en el Arte Japonés Antiguo
El anime ha conseguido fama mundial como un estilo suigéneris de la cultura pop japonesa. Algunos de los orígenes de esta cultura se pueden ver en el manga, así como en las antiguas xilografías, llamadas ukiyo-e, y en las pinturas narrativas en rollo del Siglo XII. Al igual que la animación, todas esas formas artísticas están destinadas a contar historias a traves de las pinturas.
Texto: Shimizu Isao (experto en manga y dibujo satírico, y profesor de la Universidad de Teikyo Heisei)
Colaboración en ilustraciones: Templo Shigisan Chogosonshi-ji, Archivo de Historia del Cómic Japonés
El manga viene divirtiendo a los japoneses desde hace siglos. En una pintura enrollada del Siglo XII, primer volumen de Choju Jinbutsu Giga, se muestran unos animales actuando como humanos. Los trazos del artista son simples y las figuras exageradas, como la expresión artística del actual manga. Esos dibujos antiguos de tipo manga eran elaborados a mano, pero en el periodo Edo (1603-1867) los artistas desarrollaron técnicas de xilografía para la producción masiva de libros y dibujos ilustrados. Mediado el periodo Edo, en 1720, fue publicado en Osaka un libro de dibujos xilográficos. Fue el primer libro de manga publicado para propósitos comerciales. Los japoneses fueron los primeros en Asia que se divirtieron con pinturas parecidas al manga.
Trazos simples y expresiones exageradas son los elementos esenciales del manga y si se le añade la impresión de movimiento se crea un medio más expresivo aún. Desde el principio, los artistas del manga combinaron estos tres elementos para crear las bases de lo que son las películas actuales de animación. En estas páginas observaremos cómo dibujaban el movimiento.
(1) Rollos ilustrados narrativos (emaki-mono)
El rollo ilustrado Shigisan Engi Emaki, que data de la mitad del Siglo XII, muestra el movimiento dinámico. En una de las escenas, el monje budista, Myoren, hace un pote mágico volar en el aire y transportar el depósito de arroz de un hombre rico a la cima de una montaña. En otra escena, bolsas de arroz salen volando del depósito. Bandainagon Ekotoba (finales de 1100) muestra ardiendo la puerta principal de un famoso monasterio. La escena se llena de vida con las expresiones de las caras en una multitud de unas 100 personas, estupefactas por el fuego o huyendo, y nos hace sentir como si estuviéramos allí. El flujo de los dibujos, de derecha a izquierda, se suma a la sensación de movimiento.
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Escena mostrando fardos de arroz regresando a la casa de un rico (detalle del rollo ilustrado, Shigisan Engi Emaki). En este formato se cuentan las historias de derecha a izquierda. El artista ilustra el tiempo y el espacio - primero hay una pacífica escena en la que un monje enseña a una joven muchacha a leer y escribir, después algunas mujeres se alarman por algo y después los fardos de arroz descienden milagrosamente desde el cielo.
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(2) Sombras (kage-e)
Desde 1750 (mediado el periodo Edo), la gente contó historias utilizando figuras recortadas en papel. Las figuras, representando personas, animales, mobiliario o cualquier otra cosa, se anudaban en los extremos de los dedos del cuenta cuentos, o en delgadas baras de bambú, y después se les enfrentaba a una luz para crear sombras. El movimiento participaba en el visionado de estas figuras.
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