A los japoneses les encanta la tamago-yaki. Se elabora batiendo huevos, mezclándolos después con un caldo que contiene azúcar, salsa de soja, sal y quizás otras especies. La mezcla se fríe y se le da la vuelta varias veces durante su preparación.
Probablemente, cualquier japonés de más de 40 años recuerde una expresión de su infancia muy popular en los años sesenta: Kyogin, Taiho, tamago-yaki. Una lista de las tres cosas que más gustan a los niños: Los Gigantes (kyogin), un equipo profesional de béisbol que ganaba casi siempre; Taiho, un gran campeón de sumo (yokozuna) y héroe del deporte, y la tortilla de huevo, el perfecto ejemplo de lo que a un niño le gusta comer. En la actualidad, cada persona tiene sus gustos culinarios, pero la tamago-yaki continúa como favorita de todo el mundo, con independencia de su edad. Es muy fácil de hacer en casa, pero por extraño que parezca nadie sabe de dónde proviene.
Los huevos de gallina se comenzaron a comer en Japón durante el periodo Edo (1603-1867). A finales del siglo XVIII se publicó un extenso libro, titulado Manpo Ryori Himitsu-bako (Tesoro de recetas secretas). El libro, también conocido como Tamago Hyakuchin (100 sorprendentes recetas con huevos) no contenía ninguna receta sobre la tortilla al estilo japonés que se degusta hoy en día. Otro libro, Ryori Kanben-shu (Compendio de la cocina sencilla, publicado en 1806) contenía una receta de un plato que podría considerarse el antecesor de la tamago-yaki actual, aunque es un poco diferente. En ella se habla de trozos de pescado, gambas u otros mariscos cortados en cubos de 1 cm y después mezclados con huevos batidos, con cebolletas y después fritos.
Fukuda Hiroshi ha investigado las tradiciones culinarias del antiguo Edo (actual Tokio) y dice que la receta de la actual tamago-yaki se creó probablemente durante la época de la caída del Shogunato, a finales de 1860. En el periodo Meiji, que comenzó en 1868, las cajas de comida para llevar, siempre contenían trozos de tamago-yaki, pastel de pescado cocido (kamaboko) y puré de patatas con azúcar (kinton). En aquellos días, los huevos de gallina eran un lujo, pero progresivamente se fueron haciendo populares en la dieta de la clase trabajadora.
Por alguna razón, las tamago-yaki hechas en Kansai (la región de Osaka) no contienen el mismo sazonamiento que las de Kanto (región de Tokio). Los cocineros de Kansai utilizan sólo caldos con sal, por lo que la tortilla tienen el color amarillo del huevo. En Kanto añaden salsa de soja y azúcar, por lo que su color es más oscuro y es más fácil darles un tono tostado en su superficie. Por supuesto, su sabor también es diferente la gente de Kansai, que prueba las tamago-yaki al estilo de Kanto, encuentra sorprendente el sabor dulzón.
En Japón, el precio de los huevos de gallina no sufrió muchos cambios dos décadas después de la Segunda Guerra Mundial. Fueron considerados como prueba de inflación y se convirtieron en uno de los alimentos más económicos que se podían comprar.
Solicitamos a Yamasaki Mika, que estudió cocina en uno de los restaurantes con mayor tradición en la cocina del antiguo estilo de Tokio, que hiciera una tamago-yaki al estilo tradicional de Kanto. Nos comentó que la forma de dar a la tortilla una textura ligera es mantener la sartén a la temperatura adecuada. La mezcla de huevo contiene una gran cantidad de azúcar, por lo que se puede fácilmente quemar, pero si usted mantiene el fuego bastante alto y la fríe rápido no sucede. Si se utiliza una sartén redonda, haga los huevos como para hacer una tortilla normal, procurando removerlo de tal manera que alcancen una forma agradable. ¡Feliz preparación!
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Nuestro chef es Yamasaki Mika, propietaria de un restaurante japonés, llamado Yamasaki. Estudió durante nueve años en un restaurante con larga tradición en cocina del antiguo Tokio.
En 2002, relativamente joven, estableció su propio restaurante. Muchos de sus clientes acuden a probar la tamago-yaki como aperitivo mientras les cocinan el plato principal.
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