Sado, una isla del Mar de Japón, fue su último hábitat en tierras japonesas. En 1967 se inauguró el Centro de Conservación del Ibis Crestado Japonés de Sado, en la localidad de Niibomura, con el fin de proteger y propagar esta especie. En 1981, fueron capturados los últimos cinco ejemplares silvestres y juntados con un ejemplar en cautividad, llamado Kin, para su reproducción artificial. Desafortunadamente, no surgieron polluelos y el único toki japonés que queda es Kin, que tiene ahora 35 años y, por lo tanto, fuera del ciclo reproductor.
Las buenas noticias, sin embargo, son que el toki fue redescubierto en China, cuando ya se pensaba que estaba extinguido en esas tierras. El Gobierno de China protegió la especie prohibiendo la tala de árboles y el uso de pesticidas en la zona, y tuvo éxito en reproducir las aves de forma artificial. En julio de 2001, la población ha reverdecido con unos 155 tokis en libertad y 175 en cautividad.
En 1999, China donó a Japón una pareja, llamados Youyou y Yangyang. Estos se convirtieron en los progenitores de Yuuyuu, el primer toki japonés nacido por incubación artificial. El polluelo fue motivo de grandes celebraciones en todo Japón y en poco tiempo se unieron las voces que solicitaban devolverlos al medio natural. Nacieron dos polluelos más en 2000; después, en 2001 otros 11, de dos parejas. Mientras se escribía este artículo (septiembre de 2002) la población de tokis en el Centro había aumentado a 25.
Confiamos en contar con 100 aves en cinco años, nos comenta Chikatsuji Koki, responsable del Centro. Si su población sigue aumentando según el plan, nuestro siguiente paso será desarrollar un medio natural para que vivan en libertad. También se encuentran trabajando con este objetivo otras organizaciones a nivel nacional, prefectural y privado. Somos optimistas y pensamos que el esfuerzo dará sus frutos.
No obstante, este objetivo es difícil de cumplir. Los trabajadores del Centro no tienen tiempo para detenerse y admirar sus éxitos en la reproducción e incubación artificial. Se deben resolver numerosos problemas antes de que estas aves puedan volver a su medio natural, incluyendo lo relativo a su protección frente a sus depredadores, como las martas y los cuervos, el desarrollo de comederos, y su preparación para defenderse por sí mismos.
El Ministerio de Medio Ambiente puso en marcha un proyecto modelo de tres años para promover la relación simbiótica entre el ser humano y la naturaleza, así como estilos de vida sostenibles a nivel local. El proyecto, que concluye en 2002, promueve investigaciones sobre la forma de devolver el toki a su hábitat natural, así como estimula debates entre especialistas, representantes gubernamentales y residentes de las localidades. Los esfuerzos dirigidos a devolver a estas aves a su vida en libertad seguramente ganará apoyos, y la gente hoy en día se da cuenta de que un desarrollo desbocado produce estrés en los hábitats naturales. Cuando se recupere el medio natural, los japoneses y el toki vivirán una vez más en armonía.
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Durante la estación de reproducción (febrero a julio) las plumas de la cabeza, alas y lomo son de un color gris oscuro.
Derecha: Los empleados proporcionan alimentos líquidos a los polluelos a través de un dispositivo especial parecido a un jeringuilla sin aguja.
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