¡Dinamita! Este fue el nombre que recibió un acontecimiento masivo de artes marciales mixtas celebrado en el Estadio Nacional de Tokio, el 28 de agosto de 2002. Los aficionados, provenientes de todo el país, se mostraron especialmente interesados en uno de los combates pre-sentados – la lucha cuerpo a cuerpo entre el medalla de oro japonés, en judo 78 kg, durante los Juegos Olímpicos de Barcelona, Yoshida Hidehiko, de 32 años, y el maestro brasileño de Jiu-Jitsu Gracie, Royce Gracie, famoso por sus técnicas de cierres e inmovilizaciones. Los dos enfrentaron sus habilidades ante una audiencia de 90.000 espectadores. ¿El resultado? – bastaron siete minutos y veinticuatro segundos, en el primer asalto, para que Yoshida le aplicase un kami-shiho-gatame, dejándole inconsciente. El árbitro detuvo el combate, Yoshida ganó, y desde ese instante una nueva estrella comenzó a brillar en el universo de las artes marciales mixtas.

Yoshida nos comenta: “Me he sentido fascinado desde hace muchos años por las técnicas de lucha cuerpo a cuerpo. Por eso, cuando la gente me animaba a participar en ese combate yo me dije: “De acuerdo, le daré mi mejor golpe”. Prácticamente llevo retirado de las competiciones de judo desde abril de 2002, por lo que consideré que era un buen periodo de transición para intentar algo diferente.”

En los noventa, Yoshida fue la inspiración del mundo del judo japonés, consiguiendo tanto la medalla olímpica como el campeonato del mundo. Comenzó a practicar judo en el cuarto grado, cuando su padre lo llevó al dojo local. A los 14 años dejó su casa, en la Prefectura de Aichi, para estudiar judo y seguir sus estudios en Tokio. En aquel momento se encontraba en el grado 12 y estaba al nivel de los mejores luchadores de judo de Japón, siendo elegido para el equipo nacional.

“No comencé a pensar en la posibilidad de ir a los Juegos Olímpicos hasta mi tercer año en la universidad – me centraba más en ganar cualquier combate que me pusieran delante. Dedicaba todas mis energías a conseguir ser el primero en Japón. Cuando finalmente acudí a la Olimpiada, seguía pensando de la misma forma: Tengo que ser el primero, tengo que conseguir la medalla de oro.”

Ahora, que ya ha dejado de competir, ha comenzado una nueva carrera, abriendo el Dojo Yoshida y entre-nando a las nuevas generaciones de competidores de judo.

“En estos momentos entreno a 50 alumnos. Casi todos comenzaron conmigo como principiantes. Es maravilloso verlos mejorar. Si Japón contara con más dojos locales como el mío, el país sería incluso más fuerte en judo.”

“Intentaron elegirme entrenador del equipo nacional, pero considero que hay otros que lo pueden hacer tan bien como yo. A mí me gustaría conseguir fortalecer más el judo construyendo una gran cantera, y tengo la esperanza de ver a algunos de mis alumnos acudir alguna vez a los Juegos Olímpicos”.

Portal en japonés de Yoshida Hidehiko:
http://www.hidehiko.jp/