NIPPONIA No. 38 15 de Septiembre, 2006

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HAL, un amigo para personas con discapacidades

La creación del HAL comenzó alrededor de 1992 con una investigación elemental sobre el sistema nervioso humano. Por aquel entonces nuestra meta era aprender a detectar y utilizar sus señales bioeléctricas. En 1995 habíamos creado un dispositivo básico experimental, que mejoraría con el tiempo para convertirse en el prototipo HAL en 1997. Después llegaron el HAL-2, HAL-3 y HAL-5, cada uno de ellos mejor que el anterior. En 2005 la robótica de próxima generación y la cibérnica (el campo que dirijo en la Universidad de Tsukuba) pasaron a ser la disciplina académica prioritaria de nuestra Facultad de Postgrado de Ingeniería de Sistemas e Información. En la actualidad muchos laboratorios de investigación participan en nuestros proyectos de investigación y desarrollo.

El HAL está recibiendo mucha atención por parte de especialistas de diferentes campos. Debo reconocer que no todos están de acuerdo con mi creencia de que los seres humanos actuales no evolucionan en sentido biológico sino tecnológico. Pero supongo que muchos aceptan que el potencial del HAL reside en su capacidad para actuar como un dispositivo de ayuda para discapacitados o para personal médico.

Cuando empezamos a desarrollar el HAL, queríamos que fuera útil no sólo para individuos en buena forma física sino también para personas con discapacidades, sobre todo con parálisis parcial provocada bien por un ataque cerebral o bien por una lesión de médula espinal a raíz de un accidente de coche. Queríamos desarrollar un sistema que pudiera aumentar paulatinamente el rendimiento corporal de un individuo a partir de sus propias capacidades. No lo concebíamos como un dispositivo estándar, sino como un mecanismo que se adaptara a las necesidades específicas de cada persona.

El traje-robot HAL puede ayudar a personas con discapacidades físicas, o a aquellas que realizan trabajos físicos duros. También podría usarse, por ejemplo, en operaciones de rescate.

El HAL también atrae la atención de los médicos y fisioterapeutas, que desean conocer mejor el movimiento del cuerpo a fin de desarrollar ejercicios de rehabilitación más útiles, información que pueden obtener estudiando la fuerza muscular que ejerce un individuo que lleve puesto el HAL. Ellos confían en que el HAL acelerará la rehabilitación de los pacientes, ayudará a que los discapacitados puedan ser independientes, y será un apoyo para el personal que cuidan a ellos.

A los 48 años, el profesor Sankai Yoshiyuki está tan ocupado que sólo duerme una noche entera unas cuantas veces al año. “Para crear un campo nuevo necesitas que te guíen la pasión y la esperanza. La investigación ocupa mucho tiempo, pero nunca es un trabajo rutinario”.

(Foto: Sakai Nobuhiko)

Creación del robot biónico

Queríamos que el HAL se convirtiera en un robot útil de verdad, pero eso requería fondos que sólo pueden proceder de una aventura comercial. Sabíamos que nuestra investigación y desarrollo debían lograr unos resultados que convencieran al usuario final de los beneficios de nuestras primeras investigaciones, y que llevaran al HAL a un nivel más avanzado.

Varios cientos de personas de grandes compañías de Japón y otros países han contactado con nosotros, han venido a ver demostraciones o nos han visitado para informarse mejor. También hemos recibido muchas peticiones de organizaciones de discapacitados y de individuos deseosos de comprar el HAL o al menos usarlo. Pero el HAL es un sistema robótico totalmente nuevo que aún no está protegido por reglas de uso o legislación, así que ninguna empresa ha dado el paso adelante para llevarlo al nivel comercial.

Por eso, decidimos establecer nuestra propia aventura comercial dentro de la universidad, lo que supuso una innovación en el marco de actuación universitario de Japón. Fundamos nuestra aventura, CYBERDYNE Inc., en junio de 2004. En la actualidad va viento en popa, aspirando a convertirse en una empresa de calidad mundial que obtenga resultados rápidos de la investigación básica y los demuestre al público.

La cibérnica puede utilizarse como ayuda para el cuerpo humano no sólo a través del uso de un exoesqueleto como el HAL. También contiene un tesoro de ideas innovadoras en tecnología, muchas de las cuales pueden hacerse realidad con más investigación y desarrollo. Un ejemplo de ello es el corazón humano artificial.

Para terminar, quiero insistir en la importancia de que la robótica no sea usada con fines militares. Cuando yo era joven, leí Yo, robot, del escritor de ciencia-ficción Isaac Asimov. ¡Ese libro me hizo desear crear robots cuando fuera mayor! La novela presenta tres reglas de la robótica, la primera de las cuales es: “Un robot no debe herir a un ser humano”. Deberíamos emplear la tecnología para aumentar nuestra seguridad y “proteger” a la gente. Cualquier uso de la robótica con fines militares sería realmente lamentable. Los científicos e investigadores deberían, desde el momento en que comienzan la investigación básica, establecer un plan de operaciones y garantías que aseguren que la tecnología que creen no será usada para hacer daño a la gente. Un código ético ideal y basado en esta visión es verdaderamente importante.

Cuando era estudiante de primaria recuerdo haber escrito: “La ciencia es realmente aterradora si se utiliza para hacer daño”. Todavía pienso lo mismo.


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