1 En un recipiente mezclar a mano media cebolla picada, 1 huevo, 60 gramos de pan rallado fresco, 1 cucharadita (de té) colmada de sal, 1 cucharada (sopera) de leche, 1 cucharada (sopera) de vino tinto, y especias (1/3 de cucharaditas [de té] de ajo en polvo, pimienta blanca, sal de apio y clavos).

2 Añadir 500 gramos de carne picada. Trabajar con la mano para mezclar todos los ingredientes.

3 Cuando la mezcla comience a resultar pegajosa, golpear sacudiéndola en el recipiente unas 10 veces.

4 Con las manos húmedas, dividir la mezcla en 5 porciones iguales, y hacerlas rodar hasta que tomen forma ovalada.

5 Cubrir de harina, huevo y pan rallado fresco, por este orden.

6 Calentar aceite a 180°C. Dejar que se frían las piezas una a una y sin tocarlas, durante 5 ó 6 minutos. Colocar aparte durante 2 minutos más para que el calor exterior penetre.