Los monos son muy hábiles a la hora de trepar por los árboles y gustan de los juegos, por lo que cuentan con muchos aficionados entre los japoneses. La palabra japonesa para mono es saru, que puede proceder del hecho de que a los monos les guste corretear (zareru).
Japón sólo cuenta con una especie nativa (nihon-zaru, o mono japonés, una especie chica del género Macaca). Quizás sea esto por lo que, a lo largo de los siglos, en Japón se ha mantenido una idea incambiable de cómo son los monos.
En occidente, la imagen que se tiene sobre los monos puede ser diferente allí son más familiares los babuinos, cuya cara asemeja la de un perro. Este tipo de mono tiende a permanecer en el suelo, como el dios babuino de cara de perro del antiguo Egipto. La imagen que el pueblo oriental tiene de los monos es diferente.
Los monos en occidente son a veces identificados con lo demoníaco, o con el lado corrupto del ser humano. En algunas partes del Oriente, han sido venerados como criaturas divinas. En los países en los que se practica el hinduismo, son identificados con el bravo Hanuman, un héroe que poseía poderes especiales. Hanuman era tan fuerte que podía levantar el Himalaya y se dice que su historia inspiró la famosa historia china del héroe mono legendario, Sunwukong. Probablemente, el mono aparece en la leyenda debido a su inteligencia y habilidad tanto con sus manos como con su cola.
En China, la gente suele decir que mantener un mono en un establo puede prevenir las enfermedades de los caballos. Esta costumbre se extendió por Japón. Es otro ejemplo de cómo los monos se han granjeado la fama de poseer poderes especiales.
El calendario chino consta de dos elementos el juni-shi (los 12 animales del zodiaco) y el jikkan (10 representaciones de cosas, agrupadas bajo los cinco elementos). Se eliminan las duplicaciones en las combinaciones para conseguir un ciclo de 60 unidades de tiempo. Así, cada día determinado sucede una vez cada 60 días. De ellos, el más mágico se llama koshin no hi, uno de los días del mono. Hace muchos años, durante la noche de ese especial día, en China se tenía la costumbre de hacer celebraciones hasta el amanecer. Ello era debido a la creencia de que los sanshi, gusanos malignos de los árboles que viven en el interior de cada persona, podrían salir por la noche durante el sueño para informar sobre los pecados de esa persona al Rey del Cielo. Los días que le restaban de vida a esa persona se podían reducir dependiendo de la gravedad de sus pecados. Por ello, manteniéndose despierta toda la noche, la gente intentaba prevenir la salida de los sanshi. Koshin no hi era un momento crítico, por ser el día en el que se podía acortar una vida.
Cuando esta idea se extendió por Japón, el festival se convirtió en una oportunidad de mantenerse despierto toda la noche y de rogar al dios mono por una larga vida. Uno de los dioses mono, Sanno Gongen, es venerado en las Ermitas Hie de Japón.
La gente pensaba que si se practicaba el no ver a los demonios, no escuchar a los demonios, no hablar a los demonios el sanshi no podría acortar sus vidas debido a que sus pecados, y los de los otros, no se conocerían. A partir de esa creencia se extendieron los Tres Monos, que ahora son famosos en todo el mundo.
Una deidad dosojin guardiana de los caminos, llamada Sarutahiko, tomó la forma de un mono, por lo que esta deidad fue venerada junto con Sanno Gongen en los días koshin no hi. Era un tiempo de celebraciones nocturnas y de pedir por algo especial.
En uno de los cuentos infantiles más famosos de Japón, Saru Kani Gassen (La batalla del mono y el cangrejo), un mono malo engaña a un cangrejo y le roba sus caqui (una especie de fruta). Existe una antigua creencia según la cual los caqui tienen poderes mágicos que favorecen la fertilidad y las buenas cosechas. Quizás el mono sea el animal idóneo para esta fábula, porque cuenta con la habilidad y la inteligencia necesaria como para guardarse algo mágico para sí mismo. En la fábula, una abeja, una castaña que andaba y otras criaturas todas más pequeñas que el astuto mono lo derrotaron. Quizás los niños adoren esta fábula ya que al final salen victoriosas las pequeñas criaturas.
Casualmente, hay un dicho en Japón que reza: Saru mo ki kara ochiru, que significa Incluso los monos se caen de los árboles. 
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