De todos los instrumentos tradicionales japoneses, el más famoso es el shamisen. Este instrumento de cuerda es apto para muchas de las interpretaciones tradicionales, ya que es capaz de producir un amplio espectro tonal.
Se dice que el shamisen está basado en el sangen chino, que llegó a Japón a través de las Islas Ryukyu (actual Okinawa). El shamisen está construido con una estructura de madera cubierto con una piel de animal tensada. Las tres cuerdas, que se extienden desde la caja hasta el extremo del mástil, son rasgueadas con la ayuda de una púa grande. Cuando el shamisen llegó por primera vez a Japón se tocaba con un pequeño uñero, pero los músicos de biwa lo cambiaron. El instrumento de estos músicos, una especie de laúd de mástil corto, fue introducido en Japón con anterioridad al shamisen y es interpretado con una púa. Los músicos de biwa utilizaron su púa para tocar el shamisen, consiguiendo un más amplio espectro de tonos.
Cuando la púa golpea el shamisen, desde arriba, no sólo actúa en las cuerdas, sino también en la piel. Esto le añade un sonido cercano al timbal. Por otra parte, cuando la púa es aplicada desde abajo, no roza la piel y los sonidos son más delicados. Otra de las técnicas es rasguear las cuerdas con los dedos de la mano izquierda en lugar de utilizar la púa, lo que produce un timbre más agradable. La habilidad del shamisen para crear gran variedad de tonos es su característica más peculiar.
El tono del shamisen también puede ser cambiado modificando las cuerdas, el mástil y la púa - cambiando su tamaño, grosor y peso, o utilizando diferentes materiales en su construcción. Hay cerca de 20 tipos de shamisen, cada uno con un preparado y tono diferente. Los músicos eligen el más adecuado para el tipo de música que van a interpretar. Todas las variedades de shamisen tienen la misma longitud, aunque el mástil, las cuerdas y la púa pueden variar significativamente, creando un registro que puede variar hasta una octava entre un instrumento y otro. En el caso de los instrumentos de cuerda occidentales, el espectro de tonos y formas ha variado, cambiando fundamentalmente su tamaño, así pasa con la viola con relación al violín.
Algunas veces, el shamisen acompaña a un narrador que cuenta una historia en voz alta. En ese caso, los músicos necesitarán cuerdas y púas gruesas. Sin embargo, cuando se trata de una geisha, cantando una canción de amor, se necesitan cuerdas con timbre delicado. El acompañamiento del Kabuki y las breves baladas kouta también requieren de timbres diferentes, por lo que fue modificado el shamisen para adaptarse. También han sido ligeramente modificados otros instrumentos tradicionales, para producir el timbre deseado, y, con el mismo objetivo, los propios músicos hacen los convenientes ajustes durante la actuación.
Vemos, por tanto, que la música tradicional japonesa es bastante variada. Esta variedad se consigue, principalmente, con las diferentes técnicas utilizadas para crear un amplio espectro tonal - el color del sonido japonés.
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