Lo más interesante de los kimonos son sus estampados - son fantásticos. Sólo los japoneses podrían haber desarrollado unas técnicas artísticas de este tipo. A mí me gustan sobre todo los colores brillantes y atrevidos.
Ketut Rundeg trabaja en una tienda de ropa y telas de kimono en Kuroishi, Prefectura de Aomori, en el norte de Honshu. A sus 38 años todavía es joven, aún así hay gente que depende de él y está destinado a ser el dueño de la tienda. La tienda, llamada Mikami Gofuku-ten, vende principalmente kimonos, pero también tienen uniformes escolares y de trabajo. En la tienda, Rundeg está permanentemente activo, atendiendo a los clientes, vendiendo productos y sirviendo pedidos.
Nació en Nusadua, en la isla de Bali, Indonesia. Bali es un destino turístico popular y tras acabar el bachillerato, obtuvo un trabajo en un complejo hotelero, instruyendo a turistas de todos los países en deportes acuáticos. Fue allí donde conoció a Yuko. Ella había llegado a Bali, desde Japón, para trabajar y se casaron en 1988. Rundeg tenía 24 años. Decidieron volver a Japón y vivir con los padres de Yuko, con el plan de que heredarían la tienda de la familia.
Nuestro primer plan fue vivir en Bali, pero el tipo de vida allí era muy diferente del de Japón, y pensé que a ella le costaría mucho adaptarse. Por ello, parecía natural venir a Japón y ser yo el que me adaptara. Mirando hacia atrás, me doy cuenta de lo optimista que era.
El primer reto que le esperaba era la nieve; algo muy habitual cada invierno en el norte de Honshu. Nunca había visto la nieve hasta entonces y la encontró maravillosa, pero le ocasionaba frecuentes resbalones y caídas mientras hacía el reparto en su motocicleta. Tropezó tantas veces, que comenzó a considerar que no podría hacer el trabajo correctamente. La solución más obvia era sacar el carné de conducir, pero Ącómo iba a pasar él un examen con tantos ideogramas, kanji?
Incluso en aquellos momentos, me gustaba cantar baladas japonesas, enka, al estilo karaoke. Las letras están escritas en japonés, en la pantalla del vídeo, y yo tenía que intentar adivinar las palabras mientras cantaba. De esa manera aprendí las letras kanji.
Otra cuestión difícil fue atender a los clientes. Cuando se trata de hacer compras, las costumbres en Japón son bastante diferentes a las de Indonesia, y Rundeg quedaba perplejo.
Cuando alguien entra a una tienda en Indonesia es que está seguro de comprar algo. De otro modo, pensaríamos ¿para qué entonces quiso entrar? Sin embargo, en Japón mucha gente entra, pregunta el precio de un artículo y después sale tranquilamente sin comprar. Eso me chocaba, y no sabía muy bien cómo reaccionar.
Se deprimió y era incapaz de vender nada, pero los padres de Yuko fueron un gran apoyo durante ese periodo de tiempo. En la tienda, hablaba con ellos en Tsugaru-ben, un dialecto local japonés. De esa manera aprendió a romper el hielo para hablar con los clientes y sugerir tal o cual kimono. Los clientes se reían con sus chistes y le acogían favorablemente. Una sonrisa y una charla amable es el preludio de una venta, y Rundeg, siempre solícito a agradar a la gente, lo captó en seguida y se convirtió en un excelente pronunciador de ese dialecto. Incluso, quedó primero en el concurso de dialecto Tsugaru-ben para extranjeros.
Rundeg habla ahora un fluido dialecto Tsugaru-ben del norte de Honshu.
Rundeg es muy popular en su comunidad. Es disk jockey en un programa emitido por la radio local de FM, y también es miembro ejecutivo de la escuela elemental a la que asiste su hija.
Rundeg vive con su esposa Yuko, sus dos hijas y los padres y la abuela de Yuko. Su casa está en el tercer piso del edificio de la tienda. A veces encuentra tiempo para llevarlos a todos en coche a un balneario de las cercanías. Mis suegros y la abuela me ayudan mucho y yo deseo mostrarles mi agradecimiento. Me divierte vivir en Japón, gracias a toda la familia.
Ketut Rundeg habla con una amplia sonrisa. Cuando existen lazos familiares, las diferencias culturales se evaporan. 
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Ketut también dirige una escuela de profesiones que ofrece varios cursos: conversación en lenguas extranjeras, clases particulares para alumnos de elemental y secundaria y clases para preparar a los niños para el examen.
Ketut Rundeg y su esposa, Yuko. La tienda también cuenta con cosméticos, que ellos aseguran son de los mejores, camisetas de Indonesia y otros artículos.
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