Pienso que Japón es un buen sitio para vivir. Hay poca delincuencia, por lo que
los niños pueden jugar en la calle y uno puede salir a dar un paseo de noche. Pero lo mejor de todo es que
Japón, para mí, como jugador de fútbol, cuenta con aficionados que me desean el
éxito.
Obviamente, Noh Jung-Yoon es feliz cuando nos cuenta esto. A sus 30 años, ha ganado
una excelente reputación como medio campista en el Cerezo Osaka, uno de los equipos de la
J. League
, la liga profesional del fútbol japonés. Su tremendo ímpetu y su actitud de nunca dejarse
desanimar ha ayudado a sus compañeros a resistir hasta el final, incluso cuando iban perdiendo. Su
energía y actitud hicieron de él un jugador líder en su equipo.
Noh nació en la ciudad coreana de Incheon. Tenía 5 años cuando
jugó por primera vez con un balón de fútbol. En aquellos tiempos, el fútbol era el
único juego para los niños de mi barrio. Es un deporte fantástico a partir de dos jugadores ya
se puede jugar, o también con veinte. Cualquiera puede hacerlo. Es el juego más divertido que
conozco.
Tan pronto como tiene el balón, sus piernas se mueven como el rayo. Cuando era
joven, su extraordinario dominio del balón marcó la diferencia y lideró a su equipo tanto en los
campeonatos infan-tiles como juveniles, conduciéndolos a la victoria. Fue seleccionado para el equipo sub
16 de su país y, posteriormente, a los 18 consiguió la medalla de oro, alcanzando la titularidad en la
selección absoluta. Ningún otro jugador había sido elegido tan joven.
Después de ingresar en la prestigiosa Universidad de Corea, representó a la
República de Corea en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Actuó entre los mejores, como
una estrella con un brillante porvenir. Todo el mundo estaba de acuerdo en que significaba una nueva energía
para fútbol coreano
Cuando terminó su carrera, vino a Japón para convertirse aquí en un
jugador profesional. La gente que le rodeaba quedó impresionada y los medios de comunicación se
hicieron eco de su presencia, preguntándose por qué deseaba jugar en un equipo japonés.
Después de todo, Japón era el mayor rival deportivo de la República de Corea en Asia.
Era el año del lanzamiento de la
J. League
, en 1993. Yo sabía que algunos de los mejores jugadores del mundo estaban entrando en los equipos
japoneses de la
J. League
estrellas como Lineker, Zico y Littbarski. Deseaba jugar con ellos o contra ellos. Sonríe
abiertamente: Era muy joven y sentía la aventura
Nos cuenta que Japón ofrecía un entorno ideal para un jugador de fútbol,
con excelentes estadios y aficionados entusiastas. En mi país, el fútbol era
básicamente una cuestión de fuerza. El equipo con más estamina podía convertirse en
ganador. En Japón, sin embargo, el trabajo en equipo y la habilidad eran considerados muy importante. Esto
era un concepto nuevo para mí, algo más interesante.
Para comunicarse mejor con sus compañeros, Noh comenzó a estudiar
japonés en una academia, lo hacía diariamente tras los entrenamientos. Me resultó
fácil aprender el idioma, porque la gramática es similar al coreano. Y no tenía problemas para
adaptarme a Japón incluso la comida es bastante similar a lo que comemos en Corea.
Otra de las razones por las que le resultó fácil adaptarse fue el apoyo que
encontró en su esposa, You Young Ok. Tienen dos hijos, de 4 y 5 años.
La Copa Mundial 2002 será copatrocinada muy pronto por la República
de Corea y Japón, y esto con seguridad facilitará un contacto más extenso entre los dos
países. Pienso que las relaciones entre los dos países continuará creciendo. En mi caso, por
ejemplo, el fútbol me ha dado la oportunidad de hacer muchos amigos japoneses.
Tras esta entrevista, una vez se anunció, el 18 de julio, que Noh dejaba el Cerezo Osaka
y regresaba a Corea. Sin embargo, el 10 de agosto, de repente se anunció su ingreso al equipo Avispa
Fukuoka. En Fukuoka también, su filosofía seguirá guiándole en el terreno de juego:
No importa lo larga que sea la vida, nunca desaproveches el tiempo. Su forma de ver las cosas
continuará apoyando un contacto más estrecho entre la República de Corea y Japón.
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Noh Jung-Yoon charla con Soejima Hiroshi, entrenador del Cerezo Osaka, tras una
sesión de entrenamiento. Hasta su partida del Cerezo, Noh lideró la fuerza de su equipo y se
sintió más entusiasmado que ninguno por ayudar en el entrenamiento de jóvenes jugadores y
de darles algunos consejos.
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Después de algún tiempo en Japón, Noh fichó por un
año con un equipo holandés. Si los jugadores japoneses se entrenan y juegan en el exterior,
con seguridad alcanzarán un puesto entre los mejores del mundo. (Foto: (c) OSAKA F.C)
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