El
Castillo
de Himeji es verdaderamente bello, y sus muros de yeso blanco
constituyen una de sus más extraordinarias características.
La persona encargada de reparar la cubierta de yeso es Tabuchi Yasushi,
un verdadero experto con 47 años de experiencia. Comenzó
a aprender su oficio tan pronto como terminó el bachillerato
y bajo la dirección del fallecido maestro yesero Yamawaki
Toraji. Yamawaki participó en las extensas reparaciones del
Castillo de Himeji, cuando se iniciaron en 1956.
Tabuchi dice al respecto, Fue un maestro artesano en todo el sentido de
la palabra. Una vez me dijo: Aprende el oficio observándome a mí
y a los
otros y quédate con lo que sabemos. La experiencia ha sido mi
único
maestro.
Una de las técnicas que todo yesero de castillos debe aprender
es la obtención de las justas proporciones al mezclar algas,
cal y agua para hacer una masa que sea capaz de resistir mucho tiempo
en los muros exteriores. Se tarda de 8 a 10 años el dominar
esta técnica y grandes dosis de habilidad el aplicarla. El
truco reside en no dejarla demasiado esponjosa, pero tampoco rígida,
de manera que dé una sensación de algo suave. Esta
es la parte más difícil del trabajo.
Los trabajos
de reparación en el Castillo de Himeji comienzan cada año
en septiembre y finalizan el siguiente marzo. Durante ese tiempo,
sólo se pueden reparar algunos lugares, debido a lo meticuloso
que debe ser el trabajo. Tabuchi asegura que hacen falta de 30 a
40 años para terminar completamente la reparación de
un castillo. ‚Me encuentro en el séptimo cielo cuando contemplo
el castillo desde la distancia, nos comenta. Tiene derecho a sentirse
orgulloso el castillo ha merecido la calificación
de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, y él
ayuda a mantenerlo perfecto.