Ueno comenzó a estudiar ballet a la edad de 5 años, apoyada constantemente por los ánimos de su madre. Desde sus comienzos, mostró que era una gran promesa y en 1993 ganó el Premio Beca, en el Concurso Internacional de Ballet de Lausana en Suiza. Este premio la lanzó a los escenarios de todo el mundo.
Cuando me concedieron este primer premio, supe por primera vez que deseaba ser una bailarina profesional. La beca escolar concedida me permitió estudiar en Mónaco. Si no hubiera estudiado allí, no hubiera llegado a ser la bailarina que soy hoy.
En esos momentos, Ueno tenía 15 años. Entró a formar parte de la Academia de Baile Clásico Princesa Grace de Mónaco y se graduó dos años más tarde con los más altos honores. Posteriormente, volvió a Japón y se unió a la Compañía de Ballet Asami Maki. Su debut en Japón tuvo lugar en 1998, como primera bailarina en Cascanueces. Durante los años siguientes, actuó en una gala en México, invitada por el coreógrafo de fama internacional, Roland Petit. Desde entonces, Ueno ha actuado en muchas de las creaciones de Petit, cautivando las audiencias con su delicado estilo. Se ha convertido en una bailarina de élite tanto en los escenarios como en el corazón de sus seguidores, consiguiendo el papel estelar en un gran número de producciones, entre las que se incluye El Lago de los Cisnes, obra que su compañía representó en marzo de 2000.
Fue extraordinario el ser invitada a una gala en México. En ese momento comencé a sentir un profundo deseo de llegar a lo más alto. Mi deseo es conseguir el máximo de expresividad en mi baile y aprender más de otros intérpretes, sea del mundo del cine o del teatro.
Ueno aparece ahora en cerca de seis producciones anuales. Cada interpretación dura en cartel más o menos dos o tres días, por lo que la audiencia no tiene muchas oportunidades de contemplarla. No obstante, su deseo es el seguir practicando cada día más para perfeccionar esas escasas actuaciones.
Mis admiradores me dan el apoyo que necesito para continuar. Y lo que deseo es seguir en los escenarios. Cuando expreso la música a través del baile, me siento llena de emoción y eso me influye. Confío en que la audiencia siga gustando de mi estilo. En el futuro, me gustaría quedarme en Japón y alcanzar el nivel suficiente como para ser invitada a actuar en el exterior.
