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NIPPONIA No.17 15 de Junio de 2001

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Reportaje Especial*

Constructores y Admiradores de Castillos

Existen muchos castillos en la mayor parte de Japón y tanto los admiradores de la historia como los turistas los vienen visitando año tras año. ¿Qué es lo que anima a la gente a visitar estas construcciones defensivas, hechas hace cientos de años? En este artículo echaremos una ojeada a la historia de los castillos japoneses y hablaremos del atractivo que siguen manteniendo hoy en día.

Texto: Owada Tetsuo profesor de la Universidad de Shizuoka

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Cimientos de la torre principal del Castillo de Edo, situados en los terrenos del Palacio Imperial. La torre principal fue incendiada en 1657 y nunca fue reconstruida. (Foto de Ito Chiharu)
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Los Castillos: Historia y Belleza

Siglo tras siglo, los pueblos han construido castillos para protegerse de sus enemigos allende sus fronteras. En el Japón prehistórico, la gente protegía sus asentamientos con fosos y montículos, lo que constituía, a su manera, extraordinarias fortalezas. Una vez establecidos los gobiernos, basados en códigos jurídicos (de finales del siglo 7 al 10) el propio estado erigió un gran número de construcciones defensivas nacionales. Entre ellas, se incluye Taga-jo, un puesto militar cuyo propósito era facilitar las incursiones en la norteña Honshu, y Mizuki-jo e Ito-jo, construidas en Kyushu para protegerse de los posibles ataques procedentes de la China Tang o del Reino de Silla, en Corea. Se pueden considerar también estas defensas como verdaderos castillos.
Durante la Edad Media y en los tiempos de los samurai, los castillos adquirieron en Japón una mayor importancia y se construyeron más grandes y en mayor número. En el periodo de los Estados Guerreros (de mitad de 1400 hasta la segunda mitad de 1500), cada señor local construyó un castillo en su territorio. Estas bases militares eran difíciles de atacar y fáciles de defender, y los señores los utilizaron para controlar sus dominios. Durante el periodo Edo, dos magníficos castillos se convirtieron en construcciones prototipo de esos tiempos: El Castillo de Azuchi (construido por Oda Nobunaga, 1534-1582) y el Castillo de Osaka (construido por Toyotomi Hideyoshi, 1536-1598).
El periodo que va de 1568 a 1603, cuando el país contaba con la influencia de Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi, es llamando a menudo la era Shokuho. Los historiadores lo denominan el periodo Azuchi-Momoyama, recogiendo los nombres del castillo residencial de Nobunaga en Azuchi y el castillo de Hideyoshi en Fushimi Momoyama. Ambos castillos estaban cerca de Kioto y ambos contaban con un extraordinario diseño que ayudó a definir la arquitectura de los castillos.
Los castillos construidos durante este tiempo y en el periodo Edo, generalmente poseían torres de varios pisos (tenshukaku). En un principio, las torres eran puestos de observatorio militares para utilizar en las batallas, pero más tarde se convirtieron en símbolos importantes que indicaban el prestigio del señor del castillo. Es por ello que tanto el interior como el exterior eran diseñados y decorados de una forma muy elaborada.
Los muros exteriores de las torres eran cubiertas con yeso para protegerlas del fuego. El yeso servía también para otros propósitos, creando un contraste bello e intrigante con las tejas oscuras de los tejados y las negras maderas de los muros.
Los muros contaban con pequeños orificios, que podían ser redondos, triangulares, cuadrados o rectangulares. Estos orificios eran utilizados para tareas defensivas, como la utilización de mosquetes. Además de otorgar características defensivas, servían de propósito ornamental en la estructura.

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