Encima a la izquierda: La llanura de Saga tiene la mayor extensión de arrozales de la isla de Kyushu. Está situada frente al mar de Ariake, donde la diferencia entre la marea alta y la baja es muy pronunciada. Esto convierte el riego y desagüe de los campos en una labor complicada; pero los labradores resolvieron con inteligencia el problema hace mucho tiempo construyendo embalses serpenteantes que todavía se usan. Antiguamente los embalses se aprovecharon también con otros propósitos, como suministrar agua a las casas y servir de hábitat (vivero) a fuentes de alimentación como las carpas y una planta llamada castaña o abrojo de agua.
(Foto: Watanabe Manabu).
Encima a la derecha: Desde esta altura los caballones y los surcos parecen terciopelo verde; pero en realidad son hilera tras hilera de plantas de té. Estamos encima de Makinohara, una meseta relativamente llana que mide 25 km de norte a sur a lo largo de la parte baja del río Oi, prefectura de Shizuoka. En otros tiempos la tierra se acumuló allí en un delta aluvial en forma de abanico, que posteriormente fue levantado por fuerzas geológicas. El resultado es un buen drenaje y condiciones excelentes para el cultivo del té. Las primeras plantaciones se efectuaron en 1869, muy poco después de la Restauración Meiji, y en la actualidad la zona rinde el 40% de la producción de té de la prefectura de Shizuoka, la más importante del país en esta industria.
(Foto: Toyotaka Ryuzo).
Encima a la izquierda: Las Goto al oeste de Nagasaki son unas ciento cuarenta islas de tamaños diferentes. La mayor, Fukue, surgió de la actividad volcánica; sus pendientes son bastantes suaves. Desde el aire, las extrañas formas del monte Kyonodake podrían parecer parte de una pintura abstracta. Pero en realidad se trata de campos de cultivo circulares llamados maru-bata, en los que desde el siglo XVII se siembran boniatos, arroz y cebada. En los espacios libres entre campos han plantado camelias que actúan como protección contra el viento.
(Foto: Watanabe Manabu).
Encima a la derecha: Japón tiene poca tierra llana, así que algunas pendientes de las mesetas fueron convertidas en campos de cultivo en terraza. Cuando hay tanta cantidad de arrozales juntos que no se pueden contar, se les suele llamar senmai-da (mil arrozales). En la foto se ven los mil arrozales del distrito de Shiroyone en Wajima, prefectura de Ishikawa. De hecho, hay más de dos mil, como escamas de pez, en laderas con una extensión total de sólo 1,2 hectáreas. Las terrazas continúan bajando hasta la costa y por la noche relucen con la luna. Esta escena, descrita como ta-goto no tsuki (luna en cada arrozal), ha inspirado tradicionalmente a los poetas de haikus.
(Foto: Toyotaka Ryuzo).